Niñez y adolescencia son el momento idóneo para brindar la mejor educación.
Por Revista MJ
Cuando se habla de herencia, la educación ocupa el primer lugar. Es por esta razón que el dónde, cómo y de quién recibirla no es una decisión que se debe tomar a la ligera.
En un estudio del 2019 de la Oficina de Planificación de la Educación Superior, se señaló el acceso al sistema, la calidad de los docentes, ambientes de aprendizaje, infraestructura y gestión del sistema, como los cinco principales desafíos educativos en Costa Rica, lo que convierte en un reto mayor esta elección.
Además, según el Informe del Estado de la Educación del 2021, la pandemia profundizó carencia y desafíos del sistema educativo costarricense, en especial en áreas claves como Matemáticas.
Si Costa Rica no revierte los rezagos de aprendizaje en Matemáticas retrocedería hasta 30 puntos en las pruebas PISA, una evaluación que mide el nivel alcanzado por los estudiantes en cuanto a conocimientos y capacidades esenciales para participar en la sociedad, al momento de cumplir 15 años.
Ante esta realidad, la doctora en Educación del Saint Gregory School, Rosi Brenes hizo un llamado a tomar consciencia a la hora de elegir el centro de estudio para los hijos e hijas desde temprana edad, asegurando que un ser humano es el producto de su educación y formación.
“Es en la niñez y en la adolescencia, el momento idóneo para brindar la mejor educación a nuestros hijos. Es ese el tiempo de sembrar excelencia, calidad, principios, valores, audacia, creatividad, equilibrio, seguridad, confianza en sí mismo, integridad, y muchas virtudes más. Dotar de la mejor educación y formación, le abrirá a cualquier persona las puertas del mundo entero, sin obstáculos, logrando tocar el mundo con sus propias manos y cumpliendo anhelos”, expresó.
Para apoyarle en la búsqueda del centro educativo que mejor se adapte a sus necesidades, las de sus hijos y las competencias requeridas en el mundo actual, Brenes enlistó 5 aspectos fundamentales que debe considerar a la hora de tomar la decisión:
- Bilingüe. El buen futuro de los niños y jóvenes, en su gran mayoría, reside en el dominio de un segundo y hasta un tercer idioma. Esto permite a los estudiantes realizar sus estudios universitarios incluso en países de Europa, Asia, Norteamérica, por ejemplo; abriendo también puertas laborales tanto en Costa Rica, como en otras latitudes.
- Atención personalizada. Una atención centrada en cada estudiante se refleja en un mayor rendimiento académico de las personas, pues permite a los docentes identificar las áreas de mejora de cada uno de ellos y atenderlas de manera rápida y precisa.
- Calidad académica. La calidad académica debe ir más allá de aprobar las materias establecidas por las autoridades educativas, sino también en la formación de seres integrales. Por ejemplo, en Saint Gregory School, se creó la metodología A.D.A. Plus, la cual integra con énfasis la academia, el deporte, el arte, el desarrollo social y la recreación, colaborando así en la formación integral de los estudiantes.
- Espacios seguros. Los niños y jóvenes, en la actualidad se ven amenazados frente a fenómenos como el acoso o el bullying, propiciar espacios seguros de estos y otras situaciones que pueden agobiar su vida estudiantil, es fundamental para un buen desarrollo educativo.
- Ubicación. Para este punto podemos tomar como referencia el lugar donde se vive, el de sus abuelos, o incluso los lugares de trabajo de las personas a cargo. Esto permitirá ahorrar tiempo en traslado, para reforzar las horas de sueño y descanso, y por consecuencia afectar positivamente el rendimiento de los niños o jóvenes.
