7 consejos para prevenir riesgo de acoso, bullying o ciberacoso con el regreso a clases

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Costa Rica es el segundo país en Latinoamérica donde más bullying escolar se sufre, según datos de la OCDE.

Por Revista MJ

Según la Unesco, lamentablemente, el maltrato escolar ha venido en aumento en los últimos años y muchas personas menores de edad son víctimas de estas situaciones, que, sí no son detectadas a tiempo, pueden tener consecuencias muy lamentables, que inclusive pueden poner en riesgo sus vidas.

Con el regreso a clases es posible que, lejos de estar felices de ver a sus compañeros, algunos niños y jóvenes experimenten llanto, dolor, miedo, soledad, incomprensión, agresión física, insinuaciones y más.  Realmente, la violencia, el bullying, el acoso y el ciberacoso escolar hacen estragos en las víctimas y ponen en riesgo su salud mental y hasta sus vidas, explicó Alvaro Solano, director de la carrera de Psicología de Universidad Fidélitas.

Datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) revelan que Costa Rica es el segundo país en Latinoamérica donde más bullying escolar se sufre.  Señala que el 11% de la población escolar lidia con este tema, mientras la Academia Americana de Psiquiatría para Niños y Adolescentes, citada por Yolanda Mainieri, indica que hasta un 50% de los niños, niñas y jóvenes en edad escolar son intimidados en algún momento y, por lo menos un 10% son intimidados con regularidad”[1]

Por lo tanto, es importante que padres, tutores y educadores estén atentos a los posibles riesgos de experimentar este flagelo entre niños y jóvenes.

Según solano, estos son algunos consejos y recomendaciones para ayudar a prevenir o detectar estos problemas:

1.       Hable abiertamente con sus hijos sobre el acoso, el bullying, la violencia física y el ciberacoso porque es muy importante que los niños comprendan que esto existe, cuál es el significado y cómo reconocerlo para saber si ellos o un compañero lo están viviendo.

2.       Siempre promueva un ambiente de inclusión, respeto y tolerancia para que sus hijos acepten a los demás tal como son.

3.       Enseñe a sus hijos sobre cómo manejar situaciones de acoso, ya sea que lo experimente o que sea testigo de ello.  Si no sabe cómo guiarlo, solicite asesoría con los expertos de la escuela o profesionales en psicología.

4.       Asegúrese que sus hijos estén utilizando Internet de manera segura y que estén al tanto de los posibles riesgos de ciberacoso que hay en la red y en los mismos juegos online.

5.       La comunicación abierta y sincera con sus hijos es fundamental para que ellos puedan contarle sus vivencias o problemas. No los interrumpa cuando le estén contando alguna situación.

6.       Mantenga una buena comunicación y relación con los educadores y apóyelos para abordar cualquier problema de acoso.

7.       Esté alerta ante eventuales cambios en el comportamiento y en el rendimiento escolar de sus hijos porque estas son señales de que podría ser víctima de burlas, agresiones e intimidaciones de sus pares.

Ellos podrían experimentar ansiedad, fobia escolar o social, crisis de angustia, trastornos del apetito y sueño, sensación de indefensión, baja autoestima, retraimiento social y cuadros depresivos (pudiendo llegar a la ideación suicida o a cometerlo).  También, pueden darse somatizaciones y el rendimiento escolar puede decaer, explicó Solano.

¿Qué debe hacer un testigo de acoso, bullying o violencia?

En el momento que cualquier persona adulta se da cuenta que un menor de edad es víctima de acoso, bullying o violencia debe informar de manera inmediata esa situación al director o encargado del centro educativo. Cada institución educativa, sea pública o privada, debe contar con un procedimiento o protocolo interno para la atención inmediata de estas situaciones, en el cual se debe detallar la ruta a seguir para fomentar acciones para la prevención y erradicación cualquier manifestación de violencia.

Por ejemplo, el  MEP cuenta con varios protocolos,  incluido el de actuación en situaciones de bullying y Protocolo de Atención del bullying contra la población LGTBI inserta en los centros educativos, entre otros como situaciones de violencia, prevención del riesgo suicida entre otros.

Desde los altos mandos del MEP se ha instruido la obligatoriedad de su uso y activación para garantizar la restitución de los derechos estudiantiles.  Protocolo-actuacion-situaciones-bullying

¿Cómo podría usted apoyar a la persona que es víctima?

Ø  Practique una escucha activa, no interrumpa a la persona en su discurso.

Ø  Valide sus emociones, genere empatía con la víctima.

Ø  Establezca un contacto de confianza para la víctima.

Ø  No realice preguntas incomodas, con el fin de evitar la revictimización.

Ø  Ubique a la persona víctima en un lugar seguro y donde se sienta protegido en este momento.

Ø  Espere que las autoridades educativas activen los procedimientos o protocolos y se emitan las acciones correctivas y formativas respectivas.

Datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) revelan que Costa Rica es el segundo país en Latinoamérica donde más bullying escolar se sufre.  Señala que el 11% de la población escolar lidia con este tema, mientras la Academia Americana de Psiquiatría para Niños y Adolescentes, citada por Yolanda Mainieri, indica que hasta un 50% de los niños, niñas y jóvenes en edad escolar son intimidados en algún momento y, por lo menos un 10% son intimidados con regularidad”[2]

¿Qué es el acoso, el bullying o la violencia escolar?

El Ministerio de Educación Pública de Costa Rica (MEP) señala que: “El matonismo, acoso o bullying representa un patrón de comportamiento más que un hecho aislado. Es una forma de acoso y violencia reiterada a lo largo de un tiempo, que puede implicar gran sufrimiento para los niños, con consecuencias a veces extremas en su calidad de vida, felicidad, integración y formación. Es una forma característica y extrema de violencia escolar que requiere de una visibilización y atención especial pues requiere de un cambio cultural[3].  Se presenta en diversas modalidades:  físicas, verbales, psicológicas y de exclusión social.

La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2003) señala el acoso como “el uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho, o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo de comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones”.

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