La clave para la salud óptima de los niños

Nov 15, 2021 | Noticias Recientes, Ser mamá

Editor Mama Joven

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Experta en nutrición comparte recomendaciones para incluir alimentos necesarios para el desarrollo de los niños en su alimentación diaria.

Por Revista MJ

Una nutrición sana y equilibrada, que beneficie el desarrollo óptimo del niño, debe construirse desde muy temprana edad. Desde el embarazo -a través de una buena alimentación de la madre-, durante el periodo de lactancia y posterior a los seis meses de edad -cuando se inicia la alimentación complementaria-; los padres de familia deben brindar a sus hijos una nutrición idónea, que incluya de forma balanceada y adecuada, los diferentes grupos de alimentos.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) es clave iniciar la lactancia materna dentro de la primera hora de vida del recién nacido y de forma exclusiva hasta el sexto mes; a partir del cual debe complementarse con otros grupos de alimentos.

“Durante los primeros seis meses de vida, la leche materna aporta el 100% de los nutrientes que el infante requiere. Es más, según diversos estudios, la lactancia ayuda a disminuir la incidencia de alergias, asma y enfermedades respiratorias, infecciones del oído, gastrointestinales y urinarias. No obstante, después de los 6 meses, la leche materna aporta tan solo el 50% de los nutrientes que el bebé requiere. Por este motivo, su alimentación debe complementarse con otros grupos de alimentos”, explicó Patricia Vial, Gerente de Nutrición, Salud y Bienestar de Nestlé Centroamérica.

De lo anterior se deriva la importancia de incluir alimentos ricos en nutrientes cuando inicia la alimentación complementaria. De lo contrario, el bebé puede quedar satisfecho por la cantidad de alimentos que recibe, pero no obtendrá todos los nutrientes que necesita para un sano desarrollo.

“Una nutrición adecuada desde la concepción y hasta los primeros 24 meses de edad es clave para la salud actual y futura de los niños. Su alimentación debe ser balanceada, incluyendo todos los grupos de alimentos, sin sal ni azúcar, y alta en nutrientes como el hierro, necesario para el desarrollo cognitivo y el crecimiento.”, añadió Vial.

En este sentido, la Guía Alimentaria Basada en Alimentos (GABAS) validada por el Ministerio de Salud de Costa Rica, brinda algunos consejos para una adecuada alimentación complementaria según cada etapa:

De 6 a 8 meses:
 Los tiempos y comidas de los infantes deben depender de su demanda. Por ejemplo, en este periodo se debe iniciar con 2 o 3 comidas por día, e ir incrementando gradualmente.
 Iniciar con alimentos frescos y naturales. No deben tener azúcar añadida. Comenzar con preparaciones tipo puré, con alimentos majados, para asegurar una consistencia y textura adecuada para esta etapa del infante.
 Frecuencia: 2 a 3 comidas por día.

De 9 a 11 meses:
 Incluir más variedad de alimentos.
 Brindar alimentos majados, ofreciendo inicialmente alimentos que el niño o la niña pueda sujetar con su mano. Importante considerar el tamaño y textura de los alimentos para evitar que el niño se atore.
 Frecuencia: 3 a 4 comidas por día.

De 12 a 24 meses:
 Introducir alimentos habituales de la dieta de la familia.
 Dar alimentos de diferentes texturas, incluyendo trozos de verduras.
 Frecuencia: 3 a 4 comidas por día, y dependiendo del apetito del niño o la niña se pueden ofrecer 1-2 meriendas al día.

“Para lograr un balance nutricional y los nutrientes que los niños necesitan para su crecimiento y desarrollo, es fundamental integrar los cinco tipos o grupos de alimentos: granos, proteínas, frutas y verduras, legumbres y lácteos. Es importante atender las necesidades y los tiempos de comida de los niños; no deben pasar lapsos muy largos sin comer, como un adulto, pues su capacidad gástrica es limitada”, explicó la especialista.

Por último, Vial enfatiza que la seguridad de los niños debe ser prioridad. Por ello, la alimentación complementaria debe iniciarse cuando los niños estén preparados, eligiendo alimentos de forma y tamaño correctos, y con ingredientes y texturas adecuadas. La destreza psicomotora del niño para manejar e ingerir de forma segura los alimentos es primordial para su seguridad.

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