Día Mundial Sin Tabaco: Dejar de fumar reduce posibilidad de adquirir enfermedades

May 31, 2022 | Noticias Recientes

Editor Mama Joven

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El tabaco mata hasta a la mitad de las personas que lo consumen en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud.

Por Revista MJ

En el marco del Día Mundial Sin Tabaco, la farmacéutica Roche hace el llamado de concientización sobre los beneficios que tiene para la salud el no fumado. Esta fecha, también destaca que dejar de fumar, tener una dieta balanceada, mantener un peso adecuado, realizar ejercicio y limitar el humo de segunda mano y factores ambientales, son acciones que disminuyen el riesgo de padecer enfermedades asociadas como las oftálmicas, renales, cáncer de mama, linfoma, esclerosis múltiple, cáncer de pulmón, artritis reumatoide y cáncer de hígado entre otras..

De acuerdo con la Sociedad Americana Contra el Cáncer, la mayoría de fumadores comienzan el hábito durante la adolescencia, siendo más propensos aquellos que se rodean de amigos o familiares que ya tienen esta práctica[1]. Fumar aumenta el riesgo de cáncer de pulmón debido a que el humo del tabaco contiene unos 4.000 productos químicos conocidos, de los cuales 250 son nocivos, y más de 50 cancerígenos[2], entre ellos: la nicotina (sustancia química adictiva que produce efectos en el cerebro), ácido cianhídrico un gas tóxico de cianuro, plomo, arsénico, amoniaco, elementos radiactivos, como el uranio, benceno, monóxido de carbono, entre otros.

Los cigarrillos, los cigarros (puros), las pipas y los productos de tabaco sin humo pueden aumentar la posibilidad de padecer cáncer. No existe una manera segura de consumir tabaco. De cada 3 fumadores jóvenes, uno logrará dejar de fumar y los otros dos morirán por causas relacionadas al consumo del tabaco, según datos de la Sociedad[3].

El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) y la Sociedad Americana Contra el Cáncer indican que, a partir del momento en que una persona deja de fumar, los beneficios para su salud comienzan de inmediato[4]:

●       20 minutos: disminuye la presión arterial y el ritmo cardiaco.

●       8 horas: los niveles de nicotina en la sangre se reducen a la mitad.

●       24 horas: se reduce el riesgo de un infarto y los pulmones empiezan a limpiarse.

●       48 horas: se recupera la capacidad de oler y saborear.

●       5 días: disminuye la tos y aumenta la sensación de bienestar.

●       1 a 3 meses: mejorar la circulación.

●       1 a 2 años: se minimiza el riesgo de un ataque cardiaco.

●       15 años: disminuye de manera importante el riesgo de cáncer de pulmón. 

El tabaco está directamente relacionado al cáncer de pulmón, el cual afecta a 2.1 millones de personas cada año en el mundo y aproximadamente[5] el 75% de los pacientes son diagnosticados en una etapa muy avanzada o metastásica de la enfermedad, afectando drásticamente sus posibilidades de supervivencia[6].

Datos del Observatorio Global de Cáncer (Globocan, por sus siglas en inglés), indican que para 2020 Costa Rica registró 408 nuevos casos y fallecieron 374 personas a causa del cáncer de pulmón[7].

El tabaco también está relacionado con otras patologías, por ejemplo:

●   Artritis reumatoide: al considerarse como factor de riesgo ambiental. El fumado incrementa el desarrollo de esta enfermedad en un 26% en aquellas personas que fumaron de 1 a 10 paquetes año y un 94% en aquellos que fumaron más de 20 paquetes año[8].

●   Cáncer de mama: fumar está asociado con una mayor incidencia de propagación o metástasis de la enfermedad, lo que reduce la tasa de supervivencia en un 33 % en el momento del diagnóstico[9].

●   Linfoma: su consumo empeora los efectos secundarios de los tratamientos, como la pérdida del apetito y la disminución de la capacidad pulmonar[10].

●   Cáncer de hígado: las personas que han dejado de fumar tienen un menor riesgo que los fumadores actuales, aunque ambos grupos tienen un mayor riesgo que las personas que nunca han fumado[11].

●   Degeneración macular relacionada con la edad (DMRE): se produce cuando una parte de la retina llamada mácula se daña. Se pierde la visión central y no se pueden ver los detalles precisos. Los estudios demuestran que los fumadores y ex fumadores tienen más probabilidades de desarrollar DMRE que las personas que nunca fumaron[12].

●   Enfermedad renal crónica: esta enfermedad no tiene cura, y el tabaco potencia sus síntomas: náuseas, vómitos, espasmos musculares y calambres, hinchazón de pies y el tobillo, presión arterial alta, entre otros[13].  

●   Esclerosis Múltiple: el fumado empeora y acelera la discapacidad en esta enfermedad; además, puede generar más lesiones y recaídas, principalmente el daño en su cerebro[14].

“El llamado a la población en general es precisamente hacer conciencia sobre las implicaciones que tiene el consumo de tabaco para la salud. Normalmente, se le considera como uno de los factores de riesgo en cáncer de pulmón, lo cual es acertado; sin embargo, hemos visto que sus componentes contribuyen a potenciar otros padecimientos. Sumado a lo anterior, uno de los principales desafíos en la atención sanitaria es el diagnóstico temprano, ya que los pacientes suelen acudir al médico cuando su enfermedad se encuentra en estadíos avanzados; muchos de estos casos se presentan por desinformación, miedo, las personas residen en zonas alejadas de hospitales centrales, escasos recursos económicos, falta de especialistas, entre otros”, indica la Dra. Andrea Crespo, gerente médica para cáncer de pulmón en Roche Centroamérica y Caribe.

El tabaco mata hasta a la mitad de las personas que lo consumen en el mundo: produce la muerte de más de 8 millones de personas al año y alrededor de 1.2 millones de fallecimientos son consecuencia de la exposición de no fumadores al humo de segunda mano[15]

Medicina personalizada: enfoque en el paciente

En este contexto del Día Mundial Sin Tabaco y las enfermedades asociadas a esta sustancia, se vuelve relevante la importancia del diagnóstico temprano, el tratamiento oportuno y un seguimiento integral, según la necesidad del paciente. Es por eso que la atención personalizada de la salud toma un papel fundamental, al brindar un enfoque más humanizado que permite recorrer la enfermedad junto con el paciente e identificar oportunidades médicas para mejorar su calidad de vida.

La medicina personalizada permite a la comunidad médica comprender, detectar y diagnosticar enfermedades a nivel molecular y definir las mejores soluciones terapéuticas. En este nuevo enfoque se busca integrar la mayor cantidad de información de la persona como su tipo de cáncer y estadío, antecedentes familiares, comorbilidades, valoraciones previas, tratamientos anteriores, y cualquier otro dato clínico que mejore los vacíos en el proceso de atención, seguimiento y monitoreo del paciente.

“En Roche, una de nuestras prioridades es garantizar que la medicina personalizada se convierta en la norma de la atención médica cotidiana y convencional. Nos encontramos en un momento fundamental para articular acciones en las que se unan a múltiples sectores como el público, la academia, empresa privada, comunidad médica, organizaciones de pacientes, entre otros, para trabajar en propuestas que pongan al paciente en el centro e impacten positivamente el recorrido por su enfermedad”, amplió la Dra. Crespo.

En el objetivo de integrar la medicina personalizada en la atención sanitaria, cabe destacar que también se busca poner al servicio del ecosistema el conocimiento científico, la ciencia de datos, la innovación tecnológica y cualquier modelo basado en valor que lleve la innovación a los pacientes en el menor tiempo posible. Además, permite a los sistemas de salud hacer un uso más eficiente de los recursos, una mejor gestión de riesgos y planes de atención específicos.

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