Los profesionales en psicología y en nutrición son necesarios para que una persona con diabetes maneje de la mejor forma su diagnóstico.
Por Revista MJ
La diabetes mellitus, una enfermedad que se presenta cuando aumenta el nivel de azúcar en la sangre, es cada vez más común en Costa Rica. Solamente en el año 2021 se detectaron un total de 9.588 casos, tanto de diabetes gestacional, como de tipo 1 y tipo 2. Existen varios cuidados que las personas diabéticas deben tener para poder contrarrestar los efectos de esta enfermedad como, por ejemplo, disminuir el consumo de azúcares y de harinas y realizar al menos 30 minutos de actividad física mínimo cuatro días a la semana.
También existen dispositivos que facilitan la vida de los miles de personas que viven con esta condición, como lo es el MiniMed™ 780 G, una bomba de insulina, que ajusta automáticamente la administración de insulina de acuerdo con las necesidades específicas de cada usuario.
Sin embargo, pocas veces se habla sobre el cuidado integral de la salud que requieren los pacientes con diabetes, no sólo con visitas a su médico especialista, sino también con profesionales en nutrición, en psicología y en educación en diabetes.
“Es importante entender que las personas somos una mezcla de cuerpo, mente y emociones. Cuando un paciente es
diagnosticado con diabetes pasa por muchos cambios en su día a día que se pueden volver abrumadores. Por eso, es vital que tenga un acompañamiento y una educación integrales durante ese proceso para que pueda llevarlo de la mejor manera,” comenta Daniela Rojas, psicóloga educadora en diabetes, asesora para la Organización Mundial de
la Salud y además paciente con diabetes tipo 1.
Lo ideal es que los profesionales trabajen en conjunto para conocer a fondo cada caso y así poder dar recomendaciones que se adapten al duelo que atraviesa cada uno, así como las necesidades que tengan de capacitarse sobre los diferentes temas que conlleva un diagnóstico de diabetes. Por ejemplo, una persona que ha recibido información completa sobre las alternativas tecnológicas que tiene para tratar su enfermedad, puede tomar una decisión con mucha seguridad y tranquilidad.
Debe darse un control cruzado entre los diferentes profesionales que llevan cada caso. De esta forma, el médico puede determinar las necesidades de la persona para mejorar su condición, pero siempre de la mano del trabajo psicológico que está realizando y los cambios nutricionales que está aplicando en su vida cotidiana. “Esto puede empoderar a los pacientes para sentirse más seguro de sus nuevos hábitos, pero también a la familia que le acompaña. Por otro lado, es importante tomar en cuenta que la interdisciplinariedad ayuda mucho a los papás y mamás de los pacientes pediátricos para que puedan explicarle todo con claridad y enseñarle a hacer cambios sin miedo,” afirma Rojas.
Es fundamental, además, que la familia o personas cercanas al paciente formen parte del proceso de educación, ya que ellos son un soporte básico en su vida cotidiana. Ellas también deben comprender a fondo en qué consiste la condición y apoyar a su ser querido en lo que requieran; ya sea acompañándoles en los cambios de alimentación o de ejercicio, recordándoles los tiempos de comida, o simplemente haciendo actividades que les ayuden a distraerse del estrés que pueden tener por la condición.
El tener este acompañamiento puede facilitar mucho más la vida de las personas que viven con esta condición, por lo que es importante involucrarles en las etapas de educación una vez que son diagnosticadas.
Al mismo tiempo, las personas que están involucradas deben tener un acompañamiento psicológico y educativo, ya que ellas también viven cambios y por lo general tienen muchas preguntas y miedos que deben ser abarcados por profesionales. Ellas también viven procesos de duelo y al ser atendidos por psicólogos pueden mejorar mucho las dinámicas que se dan a lo interno de las familias y otras relaciones cercanas.
Dispositivos tecnológicos para mejorar la calidad de vida
El MiniMed™ 780 G es un dispositivo para terapia de microinfusión de insulina portátil y programable para pacientes con diabetes tipo 1, que le entrega esta sustancia al cuerpo las 24 horas según los requisitos específicos de cada persona. Esto elimina la necesidad de ponerse varias inyecciones al día y de medirse el azúcar, por lo que el paciente puede despreocuparse de esto y disfrutar aún más de otras actividades diarias.
El dispositivo se conecta con el cuerpo a través de una cánula pequeña y delgada, pero puede desconectarse fácilmente para realizar actividades como ducharse. La tecnología que usa, llamada SmartGuard ayuda a prevenir altas y bajas de glucosa, ya que la mide constantemente y así inyecta los niveles necesarios de insulina. Una vez que la persona usuaria ingiere alimentos, le indica al dispositivo la cantidad de carbohidratos y así se autoregulan los niveles de insulina.
Gracias a que el MiniMed™ 780 G se conecta a través de una aplicación en los teléfonos celulares, las personas usuarias pueden monitorear sus niveles de glucosa en tiempo real, así como recibir notificaciones personalizadas. También puede compartir la información que desee con sus familiares u otras personas que le acompañan. Esto puede dar mucha tranquilidad tanto al paciente como a sus seres queridos.
“Dispositivos como el MiniMed™ 780 G pueden mejorar muchísimo la calidad de vida de las personas, ya que el paciente se puede despreocupar de tener que medirse el azúcar constantemente o de estarse inyectando la insulina y esto le quita un peso mental y emocional a la persona. Y para que una persona se sienta cómoda usando este tipo de herramientas, el acompañamiento profesional es muy importante, ya que le pierden el miedo y les sacan todo el provecho,” asegura Rojas.