El estrés tóxico se considera también un factor de riesgo para el desarrollo de síndromes premenstruales severos.
Por Revista MJ
A propósito del día internacional de la mujer, Hospital el Pilar, nos recuerda mantener una adecuada gestión del estrés, para mantener un bienestar en todos nuestros ámbitos de la vida. Y es que, no todo el estrés es malo. De hecho, nos mantiene alerta y nuestro cuerpo libera cortisol de forma natural a lo largo del día. Sin embargo, cuando el estrés se vuelve crónico y no sabemos cómo gestionarlo, puede afectar profundamente la salud.
Cómo impacta en la salud femenina
El cortisol, es una hormona inflamatoria, tiene la capacidad de impactar en todo nuestro organismo, incluido nuestro sistema reproductor. Si estamos constantemente expuestos a altos niveles de esta hormona sin una gestión adecuada, podemos experimentar alteraciones hormonales como:
· Pubertad precoz o tardía.
· Ciclos menstruales irregulares.
· Retrasos o ausencia del ciclo menstrual.
· Menstruaciones abundantes o dolorosas.
· Dificultad para concebir.
· Menopausia precoz.
«El ciclo menstrual está influenciado por múltiples factores, es un reflejo de nuestra salud», asegura la Dra. Karen Abularach, ginecóloga. Además, destaca que los cambios en la regularidad del ciclo, el volumen del sangrado y la intensidad del dolor pueden ser señales de alerta de que el estrés está impactando la salud física de una mujer.
Aunque no es la única causa, el estrés tóxico se considera también un factor de riesgo para el desarrollo de síndromes premenstruales severos y enfermedades como el síndrome de ovario poliquístico o la endometriosis.
Durante décadas, la mujer ha sido vista como la principal cuidadora de los demás, relegando muchas veces su propio bienestar. «Para cuidar bien de los tuyos primero debes cuidar de ti», afirma la Dra. Abularach. No es necesario estar bien todo el tiempo; permitirse sentir mal y buscar ayuda es válido. No se trata de egoísmo, sino de una necesidad: invertir en nuestra salud es una forma de autocuidado esencial. Parte de este autocuidado implica tomar conciencia, tanto a nivel personal como social, sobre la importancia de realizar chequeos ginecológicos regulares y un papanicolaou cervical anual desde el inicio de la vida sexual. Además, mantener una buena salud hormonal y ginecológica a lo largo de los años depende de adoptar hábitos clave como:
· Controlar nuestro peso.
· Tener una alimentación equilibrada.
· Realizar ejercicio con regularidad.
· Evitar el consumo de tabaco y alcohol.
· Contar con herramientas para gestionar el estrés de manera saludable.
