La utopía de lograr liderar mediante la fe y recurrir a la sabiduría divina como estrategia

Ago 12, 2025 | Noticias Recientes, Utopías de una CEO

Daniel Rosales

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Les comparto esto como un consejo muy propio desde mi muy frágil humanidad.

Por Dianne Medrano 

 

La fe no es una línea recta. A veces se construye poco a poco; otras, se pierde en medio del ruido. A veces la buscamos con el alma en llamas y no la encontramos; otras, la apartamos porque pensamos que podemos solos. Ahí es cuando el ego nos gana en el camino y creemos queentre la educación, los golpes de la vida y la experiencia aganada nos hemos preparado para resolver lo que se venga. 

 

En mi caso, muchas veces dije: “¿Para qué molestar a Dios con eso? Es mi responsabilidad, yo puedo resolver. En esa autosuficiencia, sin querer, encendía al ego y apagaba la luz de la fe que era lo que más necesitaba. Sin embargo, llegó un momento en el que sentí que el cansancio emocional me vencía, que ya no podía liderar sin romperme, que todos los roles se habían juntado, en el que lógicamente todo pesaba más que mis propias fuerzas. Fue entonces cuando entendí que la fe no es debilidad, es estrategia. 

 

Y no una estrategia cualquiera, sino la más sabia, amorosa y clara de todas. Una que no se impone, sino que guía. Una que no exige, sino que abraza. Una que no controla, sino que transforma. 

 

He leído muchos libros de estrategia, liderazgo y desarrollo personal. He buscado respuestas en expertos, en coaches, en mentores… No obstante, cuando me logro conectar desde la esencia con Dios, es en la Biblia donde encuentro las herramientas más profundas para sostenerme. 

 

Yo tomo ese libro sagrado como un manual de vida, lleno de estrategias milenarias para liderar con sabiduría, integridad y propósito. Me brinda herramientas para tener discernimiento cuando hay ruido, para mantener paz cuando hay tormenta, para responder con amor cuando hay ataque. 

 

Aprendí a confiar aunque el enemigo parezca más grande, a hablar cuando se necesita valentía, a escuchar antes de actuar y a liderar con empatía y verdad. He comprendido que si uno se toma el tiempo y le pide a Dios discernimiento encuentra estrategias profundas para tomar decisiones con propósito, para acompañar personas desde la empatía y para actuar con integridad, incluso en los días grises 

 
Definitivamente, es cierto que cuando nos falta sabiduría debemos pedírsela a Dios, no desde la culpa ni la perfección, sino desde la humildad, desde el cansancio de intentarlo uno solo, desde la impotencia de no saber hacia dónde dirigirse y luego el milagro pasa La paz regresa, la claridad llega y lo que parecía imposible empieza a tener forma. 

 

Les comparto esto como un consejo muy propio desde mi muy frágil humanidad. En mi vida profesional y personal ha sido la estrategia más poderosa a la que he acudido para lograr dar el mejor esfuerzo y liderar con amor, con verdad y sin perderme a mí misma en el proceso. 

 

 

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