Descubra el secreto de una piel más joven.
Por Revista MJ
El paso del tiempo es inevitable, y con él, la pérdida gradual de colágeno, la proteína esencial que proporciona firmeza, elasticidad y un aspecto juvenil a nuestra piel. A partir de los 25 años, la producción de colágeno disminuye, lo que lleva a la aparición de arrugas, flacidez y una pérdida de volumen facial. Sin embargo, la ciencia ha respondido con una solución innovadora: los bioestimuladores de colágeno.
A diferencia de los rellenos dérmicos tradicionales que añaden volumen temporalmente, los bioestimuladores actúan de forma proactiva. Son sustancias biocompatibles y reabsorbibles que se inyectan en la piel para activar la producción natural de nuevo colágeno. Este proceso no solo mejora la calidad de la piel a largo plazo, sino que también ofrece resultados graduales y de apariencia natural.
El Dr. Arturo Soto de Tabush Dermatología explica que «los bioestimuladores de colágeno representan una evolución en la medicina estética. En lugar de simplemente rellenar, estamos ayudando al cuerpo a repararse a sí mismo. Es una herramienta poderosa para recuperar la firmeza y la luminosidad de la piel, permitiendo a nuestros pacientes lucir su mejor versión de manera natural y duradera».
¿Cómo funcionan y cuáles son sus beneficios?
Los bioestimuladores una vez inyectados estimulan la actividad celular, lo que resulta en la producción de nuevo colágeno.
Este proceso conlleva la restauración de volumen, combatiendo la flacidez en áreas como las mejillas y la línea de la mandíbula, y una mejora notable de la calidad de la piel, reduciendo arrugas finas y mejorando su elasticidad y textura.
Los resultados son graduales y naturales, desarrollándose a lo largo de varias semanas y meses para ofrecer un aspecto rejuvenecido sin un cambio abrupto. Adicionalmente, sus efectos son duraderos, pudiendo persistir por más de un año, ya que se basan en la producción de colágeno del propio cuerpo.
El doctor Soto señala que “son una solución ideal para quienes buscan revertir los signos del envejecimiento de manera sutil y efectiva, manteniendo la autenticidad de su expresión facial”.




