Saba busca visibilizar un tema clave que no siempre se toma en cuenta durante la práctica del deporte: el cuerpo femenino no funciona igual todos los días.
Por Revista MJ
El running está viviendo un fuerte auge en el país. Cada vez son más mujeres que se suman al atletismo como una forma de bienestar, disciplina y conexión personal. Muestra de ello, se refleja en la Gran Maratón Costa Rica, que se realizará este 30 de noviembre, un evento que reunirá a miles aficionados de este deporte y que cuenta una participación histórica de mayoría femenina, con un 58% de mujeres inscritas.
En un contexto donde el rendimiento deportivo suele asociarse con constancia y disciplina, Saba, marca de Essity, compañía de origen sueco líder global en higiene y salud, como patrocinador oficial de la competencia, busca visibilizar un tema clave que no siempre se toma en cuenta durante la práctica del deporte: el cuerpo femenino no funciona igual todos los días. Las personas menstruantes experimentan fluctuaciones hormonales a lo largo del ciclo menstrual que influyen directamente en la energía, el ánimo y la capacidad física.
Para comprender mejor cómo estas variaciones impactan el desempeño deportivo, la ginecóloga Dra. Adriana Sánchez, vocera para la marca Saba, explica que el ciclo menstrual está regulado principalmente por dos hormonas: el estrógeno y la progesterona. “Cada fase del ciclo tiene características únicas que se reflejan en cómo nos sentimos física y emocionalmente”, afirma.
Durante la fase menstrual, cuando hay sangrado, los niveles hormonales son bajos; es normal sentir cansancio, cólicos o mayor sensibilidad emocional. En la fase folicular, el estrógeno comienza a aumentar, lo que se traduce en más energía, mejor ánimo y mayor tolerancia al ejercicio de alta intensidad. Posteriormente ocurre la ovulación, donde este estrógeno alcanza su punto máximo: muchas mujeres se sienten fuertes, ágiles y enfocadas, aunque hay una ligera predisposición a lesiones por mayor laxitud articular. Finalmente, en la fase lútea, predomina la progesterona, que puede generar sensación de pesadez, fatiga o hinchazón.
Estas variaciones no solo afectan el rendimiento físico, sino también la motivación. “Los estrógenos tienen un efecto positivo en el estado de ánimo, la concentración y el impulso para entrenar. En cambio, en la fase lútea pueden aparecer irritabilidad o tristeza. No es falta de disciplina, es biología”, enfatiza la especialista.
“Para Saba es fundamental que más mujeres conozcan cómo funciona su cuerpo y puedan tomar decisiones basadas en información, no en mitos. Hablar del ciclo menstrual en el
deporte no es solo educación: es empoderamiento. Queremos que las mujeres se sientan seguras al entrenar, compitan con confianza y, sobre todo, aprendan a escuchar su propio ritmo”, destaca Estefanía Estrada, gerente de Personal Care en Essity.
Si bien algunas personas creen que no se debe entrenar durante la menstruación, la Dra. Sánchez aclara que hacer ejercicio es seguro, siempre y cuando el cuerpo lo permita. “De hecho, puede ayudar a aliviar los cólicos gracias a la liberación de endorfinas. La clave está en adaptar la intensidad: durante la fase menstrual o lútea se recomiendan actividades suaves como caminatas, yoga o pilates; mientras que en la fase folicular y ovulatoria es ideal aprovechar para entrenamientos más fuertes de fuerza o resistencia”.
Para quienes correrán largas distancias, como la Gran Maratón Costa Rica, la especialista recomienda preparar el cuerpo y el plan de entrenamiento considerando el ciclo menstrual, así como utilizar la protección adecuada, como la línea Saba V-Sport, desarrollada con tecnología Control-Move, cubierta transpirable, absorción rápida y un diseño ultradelgado y largo con alas para brindar protección y discreción óptimas durante el movimiento.
A través de este mensaje, Saba reafirma su propósito de acompañar a las mujeres y personas menstruantes en su camino de autoconocimiento, promoviendo información basada en ciencia para romper mitos y tabúes.




