Esta práctica libre, fácil y divertida hace que una persona de una manera inocente refleje sus inquietudes.

Por Carolyn Hernández

“La arteterapia se realiza con la habilidad de expresar nuestras emociones por medio del arte. Puede ser cualquier tipo de arte, como pintar, cantar, tocar un instrumento, danzar, hacer máscaras, entre otras. Aunque hay técnicas más específicas, como las mandalas, dramaterapia y musicoterapia”, explica Galatea Alfaro, facilitadora de procesos arte-terapéuticos.

Todas las personas, desde niños hasta adultos, pueden practicar la arteterapia, ya sea porque les gusta aprender o están pasando una situación difícil. Pueden trabajar:

• Duelos
• Depresiones agudas
• Elevación de autoestima
• Vencer miedos
• Personas en abandono
• Divorcios
• Niños con autismo y asperger

Mujeres cardiópatas, con mastectomía y embarazadas, entre otros casos

El objetivo de su práctica es ayudar a las personas a salir de su afectación para que tengan una mejor calidad de vida emocional y una aptitud positiva ante la vida.

¿Cómo se logra?

La especialista de Galatea Arte comenta que –dependiendo de la personalidad de la persona con la que está trabajando– inicia realizando actividades sencillas, ya sea hablar, empezar un juego, hasta que logre hacer alguna terapia, como la silla vacía. Por ejemplo, la persona puede tener un problema no resuelto con el papá, ya sea que se murió o esté vivo. “Siento a la persona al frente de una silla vacía para que se imagine a la persona o que ponga una foto para que hable con él o ella”.

Otra forma es por medio del dibujo, para que la persona pueda expresar lo que siente, como por ejemplo niños que dicen que fueron agredidos sexualmente o vieron cómo mataron a sus papás. Se puede lograr cualquier cosa.

También es posible trabajar en empresas que buscan que sus empleados trabajen en equipo, en igualdad, sin importar el género, con comprensión, que logren tener empatía, aprendan a respetarse y consigan aumentar su productividad.