Yesenia Vásquez: Una mamá que lucha con el corazón
Yesennia Vásquez es la mamá de Elmer Gamboa, a quien hace un año le diagnosticaron un osteosarcoma. Con su amor de madre le dio positivismo a su hijo para salir adelante
Por Carolyn Hernández
¿Quién es? Yesennia Vásquez | Casada | Hijos: la hija mayor tiene 25 años, Elmer 18 años, José 13 años y Joel 9 años.
Su hijo empezó con un dolor en la pierna derecha. Después de varias visitas al médico y placas, lograron una respuesta de lo que le estaba pasando a Elmer. Resultó que tenía cáncer en el hueso (osteosarcoma), por lo que los médicos hicieron todo lo posible para salvarle la pierna. Hace un año se la amputaron, pero su vida ha continuado y de una forma muy positiva.
Un camino de espinas
En diciembre de 2014, en un mes de amor y felicidad, Yesennia y su familia hicieron un paseo para celebrar el matrimonio de su hija mayor. Tres meses después, iban a comenzar un camino muy doloroso, pero de muchos aprendizajes para todos.
Elmer empezó con un dolor en la rodilla de la pierna derecha y pensaban que podrían ser los meniscos, porque a él le gustaba jugar fútbol. Sin embargo, según pasaban los días, el dolor se incrementaba, así que visitaron una clínica y el Ebais de su comunidad, mas no encontraban la causa. “Le hicieron una placa, pero los médicos no supieron leerla y me decían que no tenía nada. Eso nos daba un poco de tranquilidad, aunque él seguía con el dolor”.
Estando en el colegio, se cayó, por lo que optaron por llevarlo al ortopedista del Instituto Nacional de Seguros (INS) al aumentar el dolor (marzo de 2015). Le hicieron la placa respectiva y ahí le diagnosticaron el tumor en el hueso. Para Yesennia fue una incertidumbre, porque no entendía lo que el doctor le estaba diciendo. “Como nunca he visto casos así, no sabía qué tan grave puede ser un tumor. Lo internaron para realizarle los exámenes pertinentes. Yo les hacía preguntas sobre eso, si era por la alimentación o por la caída. Me explicaron que podía aparecer en cualquier persona; pero debía esperar para saber si era benigno o maligno”.
Para el mes de abril iniciaron con la quimioterapia y fue una etapa muy angustiante, porque no podía creer que su hijo Elmer tuviera cáncer. “Yo me levantaba todos los días y lo único que quería era llegar al hospital, estar con él. Siempre hay ángeles, porque mis hijos estuvieron cuidados por una vecina. En esos momentos mi prioridad era mi hijo. Lo único que quería estar ahí”.
Durante 9 meses le aplicaron la quimioterapia, desde abril hasta noviembre. Al papá de él ya le habían informado que posiblemente le tendrían que amputar la pierna, pero ellos no perdían la esperanza de que no sucediera. En julio de 2015 se la amputaron. Elmer siempre contó con el apoyo de su mamá, papá y el Proyecto Daniel, que les brindó un apoyo importante.
Valentía y apoyo
“Para mí es un valiente y es una persona fuerte a pesar de la situación. Nunca se ha encerrado en el cuarto para esconderse y deprimirse. Obvio que una amputación no es fácil, pero él lo ha superado muy bien. Es una lección que nos da a todos. La fortaleza que tenemos es gracias a Dios. Él es el único que da las fuerzas para salir adelante”, señala Yesennia de una forma orgullosa.
A Elmer lo catalogan de atrevido, ya que él hace de todo y trata de llevar la vida lo más normal posible. Su estilo de vida en familia cambia, pero eso les ayuda a caminar juntos de la mano y de una forma positiva. “Nos ayuda a estar más unidos y estar pendientes de todos. Aprendimos a valorar la vida, que en algún momento está y en otro momento se va”.
Mensaje con amor
“Para una mamá que esté pasando una situación similar, no desmaye. Hay que seguir adelante y creer que lo que yo creo así va a ser. Yo decía que mi hijo está sano y lo declaro sano. Yo nada más digo que se debe creer con el corazón y luchar. No dejarse vencer tan fácil, aunque vengan cosas duras. Las cosas no vienen por casualidad, sino por propósitos y los propósitos de Dios son para bien, son positivos”.
Palabras de Elmer
“Mi mamá para mí ha sido una de las personas con las que he podido contar desde que caí en el hospital. Ella me demostró que el amor de una madre no se compara con nada. Estuvo conmigo todos los días al final del proceso y no me falló ninguno. Para mí eso no tiene precio, porque me demostró algo que quizás es imposible encontrar en otra persona. Ella y mi papá son lo mejor que puedo tener en esta vida. Ellos son mi inspiración y fueron los que me hicieron salir de todo esto, porque simplemente quería luchar no solo por mí, sino porque sabía que tengo una familia que me apoyaba”.