El daño que provocas en tus hijos al regalarles demasiados juguetes

Dic 5, 2016 | Vida práctica

Editor Mama Joven

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El daño que provocas en tus hijos al regalarles demasiados juguetes

Tu pequeño podría desarrollar el síndrome del niño hiperregalado.
Por El Salvador

En esta época de Navidad, como en otras ocasiones especiales, es costumbre dar algún obsequio a los niños, para mantener viva la ilusión y alegría.

Si aún no has decidido el regalo que le vas a dar a tu hijo, puedes optar por concederle algo más importante que cualquier artículo: tu tiempo.
Los expertos aseguran que compartir alegría, sonrisas, abrazos y gestos de cariño, con los niños, vale más que cualquier juguete.

La calidad de tiempo compartido les ayudará a desarrollar su crecimiento físico, mental y emocional.

Sabemos que no puedes dilatar las  24 horas del día, pero sí organizarte para convivir mayor tiempo a su lado, así que vale la pena que lo intentes.

Si por el contrario, te dedicas a comprarle todos los juguetes que te pide por capricho, o porque crees que con eso asegurarás su felicidad y le demostrarás todo tu amor, estás actuando de manera errónea.

Tu pequeño podría desarrollar el síndrome del niño hiperregalado.

Este problema es ocasionado por un mal hábito en los padres de familia, quienes llenan de obsequios a sus hijos para reemplazar el tiempo que no pueden convivir con ellos, por varias razones, principalmente, el exceso de trabajo.

Las consecuencias emocionales que esto provoca son la sobreestimulación, la desilución, la frustración e intolerancia, la falta de fantasía y además los niños desarrollan antivalores.

Conoce la regla de los 4 regalos que harán bien a tus niños

1. Dale un regalo que pueda usar, como las prendas de ropa, los zapatos, bolsones, colores, libretas, lapiceros o accesorios similares.

2. Otro regalo relacionado con la lectura, se puede tratar de un libro en papel o un e-reader.

3. Un regalo que deseen mucho, dirigido a alimentar la ilusión.

4. Un regalo de cualquier índole que realmente necesite.


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