Alimentación: ¿La clave en el tratamiento del cáncer de mama?
Sentirse mejor y reducir los efectos secundarios son parte de los beneficios de una dieta balanceada.
Por Consultas Nutrición
Una buena alimentación es imprescindible en las personas que son diagnosticadas con cáncer de mama, debido a que tanto la enfermedad como su tratamiento pueden cambiar la manera en que el cuerpo tolera y aprovecha los nutrientes.
Comer de manera adecuada podría ayudarle a sentirse mejor, mantener sus niveles de energía, tolerar mejor los efectos secundarios del tratamiento, reducir riesgo de infecciones y ayudar en el proceso de recuperación.
“Las mujeres que pasan por esta etapa deben de procurar mantener un adecuado peso corporal, así como un consumo apropiado de proteínas, carbohidratos y grasas. Pueden incluir en su alimentación frutas y verduras, fuentes de ácidos grasos. Es recomendable evitar el consumo de alimentos ultra procesados, además ponerle atención a los productos naturales y suplementos que utilizan,” comentó la nutricionista Mariela Parajeles de Consultas Nutrición.
Consultas Nutrición brinda información sobre cuáles son esos nutrientes que necesita para apoyar al organismo y sobrellevar estos tratamientos:
Proteínas: Las proteínas son necesarias para el crecimiento y reparación del tejido corporal, así como para mantener sano nuestro sistema inmune. Esto podría reducir el tiempo de recuperación y la resistencia a las infecciones. Elija pollo, pescado, carnes rojas bajas en grasa, huevos, productos lácteos bajos en grasa y fuentes de proteína vegetal como las nueces, mantequilla de maní frijoles y lentejas.
Carbohidratos: Entre estos puede elegir las frutas, verduras y granos integrales. Proporcionan vitaminas y minerales esenciales, al igual que fibra y fitonutrientes.
Grasas: Las grasas tienen un papel importante en la nutrición. El cuerpo las usa para almacenar energía, aislar los tejidos y transportar algunos tipos de vitaminas a través de la sangre. Elija grasas monoinsaturadas (aguacate, aceite de oliva y nueces) y poliinsaturadas como el Omega 3 (linaza, chía, y pescados grasos).
Frutas y vegetales: Consuma de cinco a nueve porciones en total de frutas y vegetales al día. El tamaño de una porción de fruta picada o vegetales crudos es igual a una taza. Estos alimentos son de gran beneficio por su aporte de fibra y al ser fuente de vitaminas A, E y C y fitoquímicos.
Aceite de oliva extra virgen: Incluya aceite de oliva extra virgen como aderezo para sus ensaladas y preparaciones. Diversos estudios señalan de los componentes del aceite de oliva son capaces de reducir la actividad tumoral.
Hidratación: Usted puede necesitar más líquidos si está vomitando, tiene diarrea, o incluso si no está comiendo mucho.
Tome en consideración que algunos de los medicamentos podrían aumentar el riesgo de desarrollar diabetes. Por lo que, dependiendo, se le recomendaría realizarse controles frecuentes de los niveles de glucosa en sangre y realizar ajustes en la dieta, prefiriendo el consumo de carbohidratos compuestos como: leguminosas, arroz integral y quinua en lugar de arroz blanco, repostería y azúcar. Para mayor orientación consulte a un nutricionista, recuerde que todos los cuerpos y enfermedades se desarrollan de manera diferente.
Recuerde que una dieta saludable no implica dejar de comer todo tipo de productos, sino aprender a consumirlos de forma adecuada y en las porciones recomendadas por su nutricionista.