Acoso escolar: ¿el lado oscuro de la presencialidad?

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Reconozca las banderas rojas que presentan los niños y niñas que sufren de acoso o bullying y ayude a frenar esta problemática.

Por Revista MJ

El acoso escolar o bullying es un conjunto de acciones negativas repetitivas que pretenden intimidar, someter, atemorizar emocional o físicamente a niños, niñas y jóvenes, los cuales sufren de malos tratos, desprecios y actos humillantes por parte de sus compañeros o compañeras, dentro o fuera de los centros educativos.

En el marco del arranque de un curso lectivo 2022 que retorna a la presencialidad y del triste desenlace del niño Drayke Hardman, cuya historia le dio la vuelta al mundo, especialistas consideran de suma importancia recordar a los padres y madres de familia sobre cómo detectar las señales cuando un niño o una niña está sufriendo de este acoso, además de saber qué hacer en estos casos.

Para la psicóloga clínica de Medismart, Melissa Céspedes, el acoso escolar es una de las mayores muestras de violencia y no hay que minimizarlo. Esto involucra no solo al acosador y a la víctima, también son protagonistas los observadores y los adultos que rodean la situación.  Céspedes enumera esas principales banderas rojas que nos muestran que un niño, niña o joven está sufriendo acoso:

  1. Ya no quiere ir a la escuela o colegio.
  2. Se evidencia una baja en el desempeño académico.
  3. Hay problemas para dormir.
  4. Presencia de ansiedad.
  5. Temores asociados a lo social.
  6. Dificultades en la auto imagen.
  7. No desea acudir o conectarse a las clases.

¿Qué se debe hacer cuando se detecta un caso de acoso escolar?

Los  padres y madres de familia, el personal académico y el administrativo de los centros educativos deben mantenerse informados a para que sean capaces de detectar este tipo de situaciones a tiempo y acudir al niño, niña o joven que esté siendo acosado.

“Lo principal es intentar ser empático con el niño, la niña o el joven que presenta esta situación y no regañarlos, por lo contrario, debemos mostrar una actitud atenta, escucharlos y hacerles saber que no están solos, que están acompañados y que se les brindará el apoyo que necesiten. Adicional a esto, se debe pedir que se active el protocolo de atención establecido por el MEP que tiene aval en el sector público y privado”, indicó Céspedes.

Según amplió la especialista, hay una correlación muy alta entre la incidencia de conductas auto destructivas y el bullying, por lo tanto, la detección temprana y a tiempo de casos de acoso escolar, es vital para evitar situaciones extremas y lamentables como la deprensión o el suicidio.

Velar por el bienestar físico y mental de los menores, así como prestar atención a las conductas diarias y posibles cambios, es clave para saber identificar los casos y así ayudar a disminuir esta problemática que no escapa a los estudiantes costarricenses.

Para el 2015, el informe Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Costa Rica se colocaba como el segundo país de Latinoamérica en tener la mayor presencia de acoso escolar, con casi un 11% de niños que afirmaron sufrirlo, según se indica.

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