Bressia Benel: La súper mamá del milagro de vida
Bressia Benel sintió que por un momento no podría realizarse como madre por tener miomas en su vientre; pero un “pedacito de cielo” venía de camino
Por Carolyn Hernández
¿Quién es? Bressia Benel | 31 años | Mamá de Sofía, de 8 meses
A los 28 años le detectaron una miomatosis múltiple gigante, por lo que tendrían que aplicarle una cirugía para poder extirpar los miomas. De un año a otro pasó de dos a cuatro miomas y el doctor le dio una noticia dura: le realizarían la histerectomía y le sacarían el útero completamente. No obstante, el destino tenía otro plan, Bressia, a sus 31 años, tuvo a su milagrito de vida: Sofía.
El destino
Bressia sentía que llevaba una vida normal al ir cumpliendo diferentes etapas, como tener un título universitario a los 21 años y trabajar en su profesión. Solamente le faltaba algo para sentirse realizada como mujer: conformar su propia familia.
Un año antes de cumplir los 30 fue diagnosticada por los médicos con miomatosis. Fue una noticia angustiante, pero venía algo más fuerte para que se sintiera más frustrada. Los médicos le avisaron meses después que tendrían que hacerle la histerectomía y eso iba a dejarla estéril. Ella solo atinó a pensar: ¿Cómo no voy a poder ser mamá? ¿Cómo no voy a poder conformar mi familia en un futuro?
Eran muchas preguntas y pocas respuestas. El tiempo se iba a encargar de trazar su destino. Para ese momento ella tenía a su pareja Rubén, el cual también tenía una historia que contar. Teniendo 19 años fue diagnosticado con cáncer linfático, por lo que se sometió a una quimioterapia de un año aproximadamente. Logró vencerlo. Sin embargo, los médicos le avisaron que posiblemente no podría procrear. Así que el panorama no era muy claro para lo que ambos querían: ser padres.
La bendición
Antes de pasar por la operación para eliminar los miomas, Bressia decidió con su pareja tratar de quedar embarazada. Sabían que podría pasar o no. Solo Dios conocía el desenlace. “Fue angustiante el proceso. Pero aquí estamos los tres. Creo que ha sido una batalla para cada uno de nosotros, luchar y de ver tan cerca la muerte. No sabes de que tu vida dependa de una máquina o depende de otras personas. Gracias a Dios salimos victoriosos”.
Cuando les confirmaron el embarazo, fue duro para ellos, ya que el médico les dijo que tenían que esperar la evolución de la bebé en el vientre en los tres primeros meses y posteriormente, los meses restantes. En la semana 35 de la gestación el doctor les indicó que la bebé tenía 95% de probabilidad de vivir y que Bressia, al tener cuatro miomas al momento de la cesárea, se podría desangrar por hemorragias.
En el octavo mes, el 23 de diciembre de 2015, nació Sofía a las ocho de la mañana. La bebé venía muy sana con cuatro kilos de peso a pesar de que se desarrolló con cinco miomas, en donde uno medía 22 centímetros. “Aunque el cuadro era trágico, solamente el optimismo, el positivismo y las ganas de la bebé de sobrevivir hicieron que todo saliera bien. Dios estuvo muy presente”.
A los dos meses y medio posterior al nacimiento, le realizaron la cirugía para eliminar los miomas y el útero, el ovario derecho y las trompas.
Aprendizajes de vida
Según Bressia, nunca se deben perder las esperanzas para luchar por lo que se quiere. Logró ser más humana y cambió la forma de ver la vida. “El hecho de ser mamá es lo máximo que me sucedió en la vida. Es un aprendizaje bastante hermoso. Trato de ser lo mejor para que ella pueda contar conmigo en las buenas y en las malas”.
“Fue un proceso muy duro. Pero al final tuve la oportunidad de ser muy bendecida por Dios y de tener al lado a mi milagrito de vida”. “Al final mi novio y yo tomamos el riesgo de embarazarnos. Como a los dos meses nos dimos cuenta que ya un bebé venía en camino”.
“Mi eje central fue Dios. Decidimos poner todo en manos de Dios. Solo Él sabe qué va a suceder”.
Mensaje con amor
“Nunca pierdan la fe y las esperanzas, que traten de luchar lo más que puedan cuando tienen un anhelo y un deseo, sobre todo cuando se quiere ser madre. Sigamos adelante con esos sueños que tengamos e intentémoslo. Si tal vez no tuvimos la oportunidad y perdimos un bebé, tratemos nuevamente y si no se puede, es que Dios tiene otro propósito”.