Aunque la formación de la autoestima está entrelazada con la sociedad en la que se vive y se nace, además se ve afectada por las personas que rodean al hijo, como son los padres y los amigos.
Por Carolyn Hernández
Como padres que aman a sus hijos, quieren verlos crecer y que sean personas exitosas. Les inculcan seguridad en sí mismos y que tengan buenos amigos. Con el fin de que vayan en el camino correcto, deben estar atentos ante ciertas situaciones de sus vidas para ver si ellos se sienten bien. “Una de estas situaciones que se presentan en los preadolescentes es la autoestima. La autoestima es la imagen que se tiene de uno mismo, a nivel físico, emocional, social y muchos otros niveles. Cuando esa imagen es buena y positiva, se dice que se trata de una persona con buena autoestima. Al contrario, cuando la imagen que se tiene de sí mismo es negativa, decimos que su autoestima es baja”, recalca la psicóloga María Fernanda Castillo.
Algunas de las características de las personas que cuentan con una autoestima alta son, por ejemplo: se sienten satisfechos con su vida, reconocen sus éxitos y logros, y se preocupan por su bienestar físico, mental y emocional. También buscan en sus relaciones sociales y de pareja a otras personas en la misma sintonía que ellos, buscan desarrollar prácticas de comunicación asertiva y crecer cada día más como personas.
Las señales
Si sus hijos muestran algunos de los siguientes signos de baja autoestima, busque ayuda. María Fernanda comparte las siguientes señales:
- Expresan sentimientos negativos hacia sí mismos: Esto se puede detectar por los comentarios que realizan sobre sí mismos, por ejemplo “soy incapaz”, “no soy bueno en nada”, “soy feo”, “nadie me quiere”, “soy tonto”, entre otros, o a través de conductas autolesivas, como cortaduras, trastornos alimenticios y consumo de drogas, entre otros.
- Dificultades para establecer relaciones sociales: La autoimagen negativa provoca que las personas no se sientan aptas, suficientemente valiosas o importantes para los demás, lo cual les dificulta establecer relaciones sociales y hacer amigos. Por esta misma razón, muchas veces tratan de encajar en los diferentes grupos, aunque tengan que hacer cosas que no desean para agradar a los demás.
- Expresen inseguridad.
- Son personas que tienden a aislarse y ser reservadas, pocas veces expresan sus opiniones.
- Pueden requerir constante reconocimiento.
- Falta de sueños y expectativas sobre el futuro.
Las anteriores son algunas de las señales de alerta en los hijos a las que como padres deben estar atento. Si las detectan, deben buscar atención de especialistas para que tengan una guía sobre qué hacer y así evitar que se desarrollen trastornos emocionales más graves.
No olvide…
- Dialoguen constantemente con ellos.
- Aprendan a negociar.
- Resuelvan conflictos.
- Es mejor negociar con ellos que regañarlos.
- Establezcan reglas y límites claros.
- Dedíqueles tiempo de calidad.
Ante todo, denles siempre mucho amor.