El desafío de trabajar y ser mamá

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El alto precio de la flexibilidad laboral, la búsqueda eterna de las madres latinoamericanas frente a un mercado con brechas de género que no paran de crecer.

Por Revista MJ

Equidad laboral implica igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres para participar en el mundo del trabajo, teniendo en cuenta igual remuneración y condiciones ante similares responsabilidades. Mientras que las disparidades educativas por género han sido sustancialmente reducidas en América Latina, el desempeño de la región en términos de garantizar equidad en aspectos laborales y económicos es aún insuficiente. Las brechas de género en toda la región
siguen siendo muy grandes y las dificultades de las mujeres para trabajar se profundiza a la hora de ser madres.

La maternidad lleva a las mujeres a desempeñarse en cargos que permitan una mayor flexibilidad horaria, aumentando la tasa de trabajos a tiempo parcial, el autoempleo y el empleo informal. Estas elecciones esconden altos costos para las mujeres que optan ineludiblemente por salarios más bajos, ausencia o menor calidad de coberturas de protección social, mayor inestabilidad laboral y peores perspectivas de desarrollo profesional o de carrera, obteniendo a cambio la tan buscada flexibilidad para lograr conciliar su vida laboral y familiar. Sin embargo, esto termina generando mucha frustración frente a una brecha de género que no para de crecer.

La difícil tarea de reinsertarse en el mercado laboral

Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo “Las mujeres latinoamericanas y caribeñas dedican más del doble de horas que los hombres a responsabilidades domésticas y de cuidado no remunerado. Esta brecha se intensifica en hogares con niños menores de 5 años, en cuyo caso llega a haber una diferencia de 33 horas semanales de trabajo no remunerado entre hombres y mujeres. La maternidad penaliza: la brecha de participación en el mercado laboral se dispara a 40 puntos porcentuales cuando se trata de hombres y mujeres con hijos menores de 5 años”.

Fomentar políticas que promuevan la corresponsabilidad ante tareas en el hogar, así como aquellas que permitan conciliar la vida laboral y familiar son pilares fundamentales para promover la participación laboral femenina y mejorar la calidad de los empleos reduciendo las brechas de género. Para lograrlo se necesita potenciar los esfuerzos para animar y atraer a más mujeres a puestos de trabajo, creando una cultura laboral empática que favorezca a todo el personal. Ante esta problemática cada vez más visible, corporaciones en varios países del mundo han desarrollado iniciativas para brindar nuevas oportunidades acordes a la realidad que están enfrentando las mujeres hoy en día.

Kimberly-Clark, empresa líder en fabricación de productos de higiene a nivel mundial, desarrolló en Latinoamérica el programa Working Mom’s para ofrecer una oportunidad de reinserción laboral a madres que hicieron una pausa en su carrera profesional para criar a sus hijos. La iniciativa ofrece una oportunidad para que ellas vuelvan a trabajar a través de puestos temporales, justamente cubriendo licencias por maternidad los que, sin embargo, pueden convertirse en trabajos permanentes a medida que se abren nuevas posibilidades en la empresa. El programa se desarrolla en 4 países de Latinoamérica y se proyecta seguir expandiéndolo al resto de los países durante 2022.

“Pensar en ser madre en pleno desarrollo profesional es una decisión complicada, porque regresar después de una pausa laboral es un reto. Mi deseo de ser madre se cumplió y mi hija Sophie nació al inicio de la pandemia cuando el desempleo aumentaba; volver a incorporarme al mercado laboral era aún más difícil” comentó María José Hurtado, quien forma parte del equipo de Comunicación de Kimberly-Clark Latinoamérica Norte, en Costa Rica.

Para María José, las mamás somos consumidoras que aportamos una perspectiva única y valiosa a la compañía. “Estoy muy orgullosa de pertenecer a una organización que ofrece esta oportunidad a las mujeres y que nos permite tener un equilibrio entre ser madres y nuestra vida profesional”, agregó Hurtado.

Kimberly-Clark reconoce el importante papel de las mujeres en funciones de liderazgo. “Nuestro programa Working Mom’s forma parte de una estrategia de diversidad e inclusión en nuestra compañía que brinda una apertura a nuevas maneras de trabajo. Una madre es tan productiva o más que cualquier otra persona, sólo que necesita desarrollarse en un ambiente flexible que le otorgue contención y apoyo para poder desenvolver sus habilidades al máximo” comentó Gonzalo Uribe, presidente de Kimberly-Clark América Latina.

Precisamente, esta iniciativa se da en un momento en el que el acceso a nuevas oportunidades laborales es vital para reactivar la economía local y global. Es momento que más empresas se comprometan con la participación y la igualdad de género en el contexto laboral, de manera que las mujeres se puedan desarrollar, sentir cómodas, seguras y respetadas. Un mundo más inclusivo se logra a través de la concientización y la acción de todos los frentes para lograrlo.

Para participar en un proceso de selección, la profesional debe haber tenido una pausa laboral durante al menos un año.  Para dar a conocer las oportunidades para familiares y amigos, ingrese al siguiente enlace: Working Moms – Costa Rica

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