Frenando el avance de la diabetes
Las células madres del propio cuerpo se han convertido en una opción para las personas que padecen diabetes. Pero, ¿cómo funciona?
Por Carolyn Hernández
La diabetes es una enfermedad crónica donde el cuerpo no puede regular la cantidad de azúcar en la sangre. Esta puede ser causada por muy poca producción de insulina, resistencia a ella o ambas.
Estudios realizados en Canadá y Estados Unidos encontraron que cuando las células madre fueron inyectadas en el torrente sanguíneo, encontraron su camino hacia el páncreas dañado, donde pudieron regenerar nuevas células. “Se cree que las células madre derivadas de grasa y médula ósea activan la regeneración de las células del paciente. Según los estudios, los síntomas de la diabetes se invirtieron en las dos semanas después de recibido el tratamiento de inyecciones con células madre”, comentó la Dra. Marjorie Mariana Gómez, experta en terapia celular de la clínica MediCell.
Lo interesante es que el crecimiento celular no es producto de las mismas células inyectadas, sino que –a través del procedimiento– las células madre disparan la producción de células en el páncreas del propio paciente. “Es casi como si las células madre fuesen inteligentes y hubiesen buscado el tejido dañado, provocando así el adecuado funcionamiento de nuevas células. La terapia celular coloca más células madre circulantes a nivel del organismo para que se den los procesos de reparación”, detalló la especialista.
Una gran ventaja de la terapia con células madre de la médula ósea es que estas pueden ser obtenidas del mismo paciente, se inyectan, viajan hacia el páncreas dañado y estimulan la producción de insulina de células sanas.
La mejoría y los buenos resultados en un paciente pueden variar y dependen mucho de las condiciones de cada uno, de acuerdo con su dieta, los cuidados y que sigan todas las recomendaciones emitidas por el médico.
¿Cómo se hace?
Se realiza mediante la extracción de las células madre del tejido grasoso a nivel abdominal y después de un proceso centrífugo, son reintroducidas por vía intravenosa para que ayuden a regenerar los órganos del cuerpo y los tejidos, además de mejorar los suministros de sangre y la circulación a los órganos y tejidos afectados.
Este tratamiento es completamente ambulatorio y tiene mínimos riesgos, dado que los pacientes son tratados con anestesia local. Es prácticamente indoloro y se puede reiniciar las actividades cotidianas con normalidad, ya que el proceso dura entre 4 y 6 horas. Antes de realizarse el tratamiento, el paciente debe tener un cambio de la alimentación, infusiones de vitamina C, intravenosa y terapia neural.