Ginnés Rodríguez: Una mujer risueña y enamorada de su familia
Ginnés Rodríguez Pérez ha logrado sentirse plena al conseguir sus metas, gracias al apoyo del equipo familiar que la rodea
Por Carolyn Hernández
Sus 33 años de vida se resumen así: 15 años de ser novia y esposa de Gerardo Zamora, 11 años de ejercer periodismo y trabajar en Canal 7 a la vez, casi tres años de estrenarse como madre de Luciana y Marcelo.
Ginnés es una mujer muy risueña y sencilla que aprecia las cosas simples. Es de las que les gusta estar en casa para compartir con su esposo y amigas. Disfruta los buenos momentos, una buena conversación y presentarse positiva ante la vida. “Me gusta sonreír para decirle a la gente que todo va a estar bien. Siempre hay algo por estar agradecido y hay que demostrarlo”.
Su origen
Es la menor de cinco hermanos y como ella misma dice, “es el golazo de la familia”, ya que cuando nació su mamá tenía 43 años y su papá 53 años, y su hermano menor tenía 19 años y el mayor 25 años.
Cursó sus estudios en la provincia de Heredia, tanto primaria como secundaria. Después entró a la Universidad de Costa Rica a estudiar Comunicación Colectiva para ser publicista, pero en el camino se dio cuenta de que la parte comercial no era lo de ella y que le atraía más lo informativo y social, así que terminó estudiando periodismo.
Entre cámaras y la redacción
Desde que estaba en el segundo año de carrera empezó a trabajar en la radio, la televisión y prensa escrita de la universidad. Ginnés tenía una meta muy clara: “en el lugar en que haga la práctica quiero hacerla tan bien, mostrarme y aprender para que me contraten”. Sus deseos se hicieron realidad.
En el 2005 realizó la práctica en el programa llamado “Así es la vida” de Canal 7. No había pasado un mes cuando el periodista y director del programa mañanero “Buen Día” Edgar Silvia le dio la oportunidad de formar parte del programa para que fuera la encargada de la sección comercial. “Le dije que sí y a partir de ahí se empezó a escribir toda mi carrera dentro del canal. Ya este año cumplo 11 años en el canal”.
Ha formado parte de la edición nocturna y matutina de Telenoticias. Además, fue la Directora del programa Más que Noticias, pero por un asunto de tiempo –se estaba estrenando como mamá– solicitó regresar al noticiero. Hoy es la coordinadora de la edición matutina.
Su mundo en familia
A Gerardo, su esposo, lo conocía desde hace muchos años, porque es del mismo barrio. Formaron parte de un coro de la iglesia y además, comparten una de sus grandes pasiones, ser periodistas. Antes de casarse fueron grandes amigos durante mucho tiempo. “La pasábamos tan bien juntos que llegó un momento en donde yo decía “no me imagino un fin de semana sin mi amigo”. Recuerdo que casi un año después de estar en salidas nos hicimos novios. Eso fue para el 2001 y hasta el 2010 nos casamos”. De ese gran amor nació Luciana (2013) y seguido Marcelo (2015).
Ginnés nos contará en sus propias palabras cómo ha sido ese gran viaje de ser mamá.
¿Qué es lo que más disfrutar de ser madre?
Lo que más disfruto es cuando yo llego del trabajo y ellos me reciben con sus juegos, risas y sus abrazos. Son la motivación del día siguiente. Ya no es venir a trabajar por una realización profesional –aunque sigue presente–; yo trabajo porque quiero darle a ellos un buen momento familiar, un lindo paseo, una buena comida, una buena educación.
¿Cuál es su fórmula de ser madre, mujer, esposa y trabajadora?
Para mí no es tener fórmula, porque si planifico mucho las cosas, no me salen. Sí tengo que ser precavida para buscar la ayuda o soluciones. Principalmente, lo que uno quiere es que ellos estén bien cuidados. Yo sé que no tengo una hora de salida fija, ya que trabajo por objetivos, aunque por dicha cuento con gente que me ayuda. Para mí ese es el secreto para combinar todas las áreas. Mi prima cuida a Luciana desde que nació. Ella es un ángel que Dios me mandó. Incluso cuando terminé embarazada de Marcelo, yo decía: “ahora qué voy a hacer” y ella me dijo que también me lo cuidaba; se hace cargo de los dos. La parte de trabajar uno con paz y concentrado en el trabajo es porque sabés que tus hijos están en buenas manos. Mi prima me va contando cómo ellos van creciendo y lo vivo a través de ella. Implica un poco de sacrificio perderme eso, pero por dicha existe la tecnología y eso es una gran ventaja. No solamente me lo cuenta, sino que lo veo. Mi esposo es supervalioso. Cuando yo me voy en la madrugada, ellos están dormidos y cuando llego en la noche, prácticamente ya han pasado su día. Seguir recetas no funciona, menos por mi tipo de trabajo.
¿Cómo es ser una Mamá Joven?
Creo que una mamá joven tiene que organizarse para poder cumplir con todas las tareas para sentir paz en el cumplimiento de ellas. No sería la misma si estuviera aquí con sentimiento de culpa. No disfrutaría de lo que hago ni estaría cómoda pensando que ellos están mal. El hecho de llegar a la casa, verlos felices y que están disfrutando de la vida me da la tranquilidad de que todo está bien. Vamos por buen camino y que estamos haciendo las cosas bien como padres.
Creo que he aprendido cómo buscarle el equilibrio a todo. El horario del canal me lo permite. Al salir más temprano, me permite verlos a ellos más temprano y sería imposible si no tuviera ayuda de toda la red de apoyo.
¿Cuál es el legado que quiere dejarles a sus hijos?
Quiero que sean felices. Esa es la prioridad. Yo no digo ni siquiera que la educación. No me veo diciendo que hay que meterlos en el colegio más caro, donde den 5 idiomas… Creo que existen otras habilidades más importantes que las destrezas académicas. El mercado laboral creo que así lo demuestra. A veces hay habilidades blandas que no se ofrecen en un colegio, pero que sí se pueden formar en el hogar. Para mí lo más importante es que ellos sean lo más felices, que puedan tomar sus decisiones razonadas y siempre pensando en su bienestar, y que sepan que siempre en sus decisiones van a estar un papá y una mamá acompañándolos, guiándolos, si ocupan un consejo, si ocupan una ayuda, pero que al final sean sus propias decisiones, que aprendan a ser felices con lo mucho o poco que tienen. No se necesita tanto para ser feliz.
¿Cuál es el momento más feliz de su vida?
Vieras que no es un momento particular, pero no me cambio por nada los 30 años. Estos significaron como reconciliarme conmigo misma. En los 20 años era una batalla, porque no me gustaba el pelo, no me gustaba las piernas, porque no me gustaban los ojos, era un conflicto conmigo misma. Diez años después no sé qué pasó. No puedo decir que exista un elemento detonador, simplemente pasó. Como que dije: “estoy harta de pelearme conmigo misma. Me voy a querer como soy y punto”. Ahora estoy feliz de la vida, estoy más relajada, asumo las tareas con más tranquilidad y las veo con otra perspectiva diferente, más realista. ¡Disfruto con las cosas como son y las cosas que tengo!
Ginnés sueña en un futuro crear su propia empresa de comunicación para tener su propio horario. “Un poco mi meta de cuando Luciana y Marcelo estén en la escuela puedan contar con más tiempo con su mamá. Otro objetivo que se está trabajando es la casa. Ya tenemos el lote, solo falta la construcción”.
¿Cómo es un día normal de Ginnés?
“Me levanto a las 3 de la mañana para alistarme y desayunar. A las 4 a.m. ya estoy en el canal para trabajar en el guión del noticiero con mi compañera Natalia. A las 5:10 a.m. inician mi maquillaje y peinado. De 6 a.m. a 8 de la mañana presento el noticiero. Terminando desayuno a la carrera y me reúno con mis compañeros para entrar a las 9 de la mañana a la reunión de editores. A las 9:30 a.m. volvemos a trabajar para la matutina hasta las 11 de la mañana. Apoyamos a la edición de mediodía con algunos audios o tal vez presentarla. A partir del mediodía seguimos trabajando en esa edición; ya cuando termina, almuerzo, pero trato de hacerlo tipo 11:30 a.m. A la 1:30 de la tarde afino cosas de la matutina hasta las 3 de la tarde. Si puedo, de esa hora me voy a nadar para recoger a mis hijos tipo 4 p.m. En el caso de los viernes, tengo clases en la noche y llego a la casa hasta a las 9:30 p.m.
El fin de semana –si no tengo que trabajar– me despierto como a las 7:30 de la mañana y ahí mismo empiezo la rutina. Luciana va a clases de música y natación. Gerardo se encarga de eso y yo me quedo con el pequeño. Son los días de compras, vueltas de la casa, compras en el supermercado, ir a misa y visitamos algunas de las abuelas. Si queda un rato disponible, nos vamos a dar una vuelta a algún lado, aunque sea comer un helado al parque. Los domingos sí tratamos que sea más relajado y quedarnos en la casa”.