La moda se encuentra en un proceso de evolución natural, por un creador que apuesta por prendas atemporales, no sujeta al género ni a la estación.
Por EFE
Con una mirada al pasado, con la mente puesta en el presente, pero con paso firme hacia el futuro, la moda camina hacia un universo multidisciplinar con un concepto atemporal del diseño donde los clientes buscan una experiencia de compra consciente más cerca del siglo pasado que de la era de Instagram.
Así lo explicó antes de salir a la pasarela madrileña Sergio Lázaro, alma creativa de la firma española Otrura, junto Verónica Abián, quienes señalaron que hay una generación de veinteañeros que apuesta por «la forma de consumo de nuestros abuelos, pocas prendas y de calidad».
Con gusto exquisito por la artesanía y guiados por una apuesta en firme por el consumo responsable, Otrura presentó piezas en las que condensa diferentes patronajes, jugando con acabados y volúmenes, diseños de costura viva con los que reivindican el trabajo de los talleres artesanos.
Llaman la atención las pinzas en pantalones a la altura de la rodilla para otorgarle más movimiento y abrigos reversibles de costuras encanilladas abiertas.
UN INSTRUMENTO DE LIBERTAD
En la misma línea se manifestó Pablo Erroz, que añade que la moda se encuentra en un proceso de evolución natural, por un creador que apuesta por prendas atemporales, no sujeta al género ni a la estación.
«La moda es un instrumento de libertad y los clientes buscan experiencias y la trazabilidad de la prenda», dijo a Efe este jueves, mostrando una colección sostenible con chaquetas de lino y algodón de ikat que incorporan NFC, «el pasaporte de las prendas» (una tecnología inalámbrica en la etiqueta que muestra cómo está confeccionada y de dónde proviene).
Líneas rectas, pero sofisticadas definen la nueva colección de Fernando Claro, firma española con 35 años de experiencia en la costura a medida. «La gente tiene ganas de eventos, de ponerse guapa, de comprarse un vestido», dijo Claro.
Pantalones de tiro alto y chaquetas de inspiración torera se mezclan con prendas orgánicas, de movimiento fluido y flecos en vestidos que recuerdan a la cultura andaluza.
Maya Hansen, tras varias ediciones ausente, ha vuelto a la pasarela madrileña con una colección elegante a la par que transgresora, en la que el mítico corsé de la casa se reinventa con vinilos y neoprenos.
Hansen fundó su firma en 2004 y dos años después se especializó en corsetería en 2006, volcando toda la atención en el corsé, pieza que ha distribuido por España, Reino Unido, Estados Unidos, Japón, Suiza, Francia, Países Bajos, además de convertirse en una prenda adorada por divas de la música como Lady Gaga o Shakira.
Ahora, esta diseñadora, con gran capacidad de resiliencia, ofrece una colección en la que priman los tejidos futuristas y las prendas clásicas, una combinación que ha alumbrado el renacer de la firma que confecciona en talleres de proximidad.
«Veníamos de una situación mala y con la pandemia nos hemos volcado en hacer mascarillas, complemento que no ha salvado el año», ha dicho esta creadora que considera que la moda camina en dos direcciones: «El diseño de autor y los complementos».
UN CANTO A LA ALEGRIA, A LA VIDA
Por la mañana, el «fashion film» y la performance de Andres Sarda caldeó los infinitos metros de hormigón de Ifema con una colección desinhibida que ha ayudado a animar el ambiente mermado por la escasa afluencia de público para cumplir las medidas de seguridad.
Una colección con la que la firma de lencería propone «belleza y bienestar; confort y sofisticación», una manera de contrarrestar «los momentos difíciles que vivimos, que pasarán. Un canto a la alegría, a la vida», ha dicho la directora de la firma de lencería, Nuria Sardá.
Roberto Verino presentó con un filme una colección en la que defiende una moda funcional y sostenible, que invita a reflexionar sobre el impulso de las compras: «Calidad en lugar de cantidad», para configurar un armario inteligente con piezas emocionales que atesoren «recuerdos bonitos».
Investigando nuevas formas y conceptos estéticos, la casa García Madrid presentó su propuesta para el próximo otoño-invierno 2020-2021, en la que combina la sastrería tradicional y artesanal con el universo «más urbano y deportivo», manifestó a Efe su director creativo, Manuel García Madrid.
Una jornada que como el pasado mes de septiembre ha contado con las medidas de seguridad que conllevan la reducción de aforo al 24 % de su capacidad.
Antes de acceder: desinfección de calzado, limpieza de manos, control de temperatura, mascarilla obligatoria -se entrega gratuitamente un modelo FFP2-, distancia de seguridad en todo momento y en la sala de desfiles con distancia entre personas de 1,5 metros y renovación del aire.