Los primeros 1.000 días de vida de un bebé se presentan como una ventana crítica para sentar las bases de una buena salud y desarrollo óptimo para toda la vida.
Por Revista MJ
Leer ese resultado positivo y saber que ese niño esperado y querido viene en camino, es una de las noticias más felices y emocionantes que una mujer puede recibir. Pero también es una alerta para preparar todo lo necesario, incluida, esencialmente, la adecuada nutrición tanto del bebé, como de la mamá.
La buena nutrición durante el embarazo es bien conocida, pero ¿sabía que la nutrición y el cuidado adecuado durante los primeros 1.000 días configuran la capacidad del bebé para crecer, aprender y prosperar durante toda su vida? Estos 1.000 días cubren los tres trimestres del embarazo y los dos años siguientes al nacimiento, y para cada una de estas etapas hay necesidades específicas de micronutrientes para el adecuado desarrollo del bebé.
Desde la preconcepción (+90 días antes de la concepción) y durante el primer trimestre del embarazo, la madre debe tener un estado adecuado de nutrientes, lo que la ayuda en la planificación y concepción; para lo que debe tomar regularmente ácido fólico, que ayuda en el desarrollo del tubo neural, que es una estructura que se forma en las primeras etapas de desarrollo y luego dará espacio al cerebro y a la médula espinal, lo que conocemos como el sistema nervioso central.
Existen más de 4.000 defectos de nacimiento conocidos que pueden desarrollarse durante el primer trimestre, precisamente, por una mala o inadecuada nutrición.
En el segundo y tercer trimestre, el ácido fólico debe combinarse con suplementos de micronutrientes múltiples (MNM) como el hierro, así como con el ácido docosahexaenoico (DHA), que es un ácido graso poliinsaturado que tiene múltiples funciones en la etapa de desarrollo de la parte visual y neurológica de los bebés.6 Luego del nacimiento y por los próximos dos años de vida, deben permanecer en la dieta del niño los micronutrientes y el DHA.
El 94% de las mujeres embarazadas no alcanza los niveles recomendados de consumo diario de micronutrientes7; y, la cantidad de estos que llega al feto a través de la placenta es directamente proporcional con la ingesta de la madre8.
“Cubrir los requerimientos diarios de los micronutrientes solo con la dieta puede ser muy difícil”, indica la Dra. Astrid Díaz. Directora Médica Consumer Health en Bayer Centroamérica y Caribe. Y agrega que “de hecho, existe un 13% de insuficiencia de ácido fólico procedente de la dieta, en mujeres embarazadas; además de un 82% de déficit de zinc y un 94% de DHA”.
Importancia de la nutrición en las etapas del embarazo
Desde la preconcepción y hasta la semana 12 del embarazo ocurre la división celular; inicia la formación de los órganos y la “arquitectura” básica del cuerpo. La nutrición adecuada en esta fase puede disminuir la incidencia de ciertos defectos de nacimiento.
De la semana 13 hasta el nacimiento, continúan desarrollándose los demás órganos, el bebé crece rápidamente y el tejido materno se expande. Además, se consolidan los procesos metabólicos como la respiración, la circulación sanguínea, el funcionamiento del cerebro y los nervios y la eliminación de desechos, por mencionar solo algunos.