La organización World Vision Costa Rica apunta a mejorar el bienestar de este sensible grupo poblacional en el país.
Por Revista MJ
Reducir las marcadas brechas socio-educativas aceleradas por el COVID-19, aminorar la violencia hacia y entre menores de edad, y fomentar patrones de cuido positivo y no violento para personas menores de edad, serán las prioridades estratégicas a corto y mediano plazo que la organización World Vision Costa Rica se plantea independientemente del resultado electoral que obtenga el país.
De acuerdo con Melania Castillo, experta en la protección de los derechos de la niñez y adolescencia en World Vision Costa Rica, en la presente campaña las discusiones de fondo sobre niñez y adolescencia han pasado bastante inadvertidas, sin embargo, este grupo poblacional requiere una atención prioritaria debido a los desafíos que actualmente confronta. “Hemos definido tres temas prioritarios: educación, prevención de las violencias y la crianza con ternura. Son temas que, no siendo únicos, deberían ser claves para el próximo Gobierno ya que no es cauto ni solidario continuar invisibilizando la importancia que revisten estas temáticas”, explicó Castillo.
Rezago educativo
Los resultados de las pruebas Pisa y los informes sobre el Estado de la Educación confirman un rezago que vino a profundizarse luego de las medidas sanitarias impuestas tras la pandemia. Sin embargo, para Castillo, la disrupción del proceso educativo ordinario ha trascendido lo académico y ha tocado esferas sociales, de salud y estructurales muy
sensibles. “Las personas menores de edad sufrieron con el cierre de espacios para su recreación y socialización, se profundizó la ya notoria brecha social y tecnológica, sufrieron afectaciones sobre su salud mental; además se evidenciaron débiles competencias digitales en docentes y estudiantado y hubo una enorme exclusión de estudiantes del sistema educativo formal, lo que a su vez aumentó los episodios de violencia en el hogar”, indicó.
Un entorno menos violento
En ese sentido, una de las mayores preocupaciones de la organización World Vision, durante los últimos dos años, ha sido el aumento de la violencia física, emocional, psicológica y digital, ésta última especialmente entre pares. De acuerdo con datos de la Encuesta Mujer, Niñez y Adolescencia (EMNA, 2018) un “49% de los niños costarricenses
ha sido víctima de algún tipo de violencia al menos una vez en su vida”.
“Es evidente que la necesidad de atender la violencia en sus diversas manifestaciones es urgente, especialmente dentro de una sociedad que continúa validando prácticas agresivas y abusivas para relacionarse con las personas menores de edad”, señaló Castillo, quien destacó que es imperativo invertir en la prevención a partir de políticas enfocadas en la educación y la sensibilización de la sociedad, pero, especialmente a escala intrafamiliar.
Justamente, para atender la violencia intrafamiliar, World Vision plantea como camino la “crianza basada en la ternura”, un proceso mediante el cual las personas adultas adquieren habilidades para relacionarse positivamente con personas menores de edad. Esta propuesta busca romper con las conocidas y validadas formas violentas de comunicarse y disciplinar, al tiempo que posiciona a niños, niñas y personas adolescentes como sujetos de derechos y con capacidad de expresar su sentir y sus necesidades.
Planteamiento desde la práctica en campo
Castillo considera que, independientemente de la persona mandataria elegida, el futuro gobierno cuenta con la suficiente institucionalidad pública, recursos, personal, reglamentos y programas para acelerar la mejora de la calidad educativa e intervenir los procesos de violencia que viven las personas menores de edad. A su vez, organizaciones
como World Vision pueden complementar y reforzar esta función a través de su accionar estratégico.
Por ejemplo, en materia educativa no formal, World Vision se apoya en las estructuras llamadas Casas Club, que son sitios donde se promueve la participación, el fortalecimiento de habilidades socioeducativas, los espacios seguros y el
potenciamiento del liderazgo en personas menores de edad. Para este año 2022, la organización se ha fijado la meta de que al menos 1350 niños, niñas y adolescentes participen de las tres Casas Club existentes (Cañas, Upala y Siquirres).
Además, también se tiene la meta de que 388 niños y niñas participen en al menos una sesión trimestral de la
propuesta Casa Club Viajera, que es una modalidad que visita comunidades alejadas de los centros de cada cantón en los que se ubican las Casas Club.
En cuanto a prevención de diversos tipos de violencia, las Casas Club de World Vision son parte también de espacios de coordinación interinstitucional e intersectorial para promover programas, proyectos y campañas que impacten positivamente la vida de la niñez y las personas adolescentes. En este sentido, la organización para este año se ha propuesto la participación en 5 espacios interinstitucionales e intersectoriales que buscan incidir con propuestas innovadores, mediante la creación de alianzas y sinergias en el bienestar de las personas menores de edad en el país.
Finalmente, en materia de crianza con ternura, World Vision se propone brindar formación y capacidades a personas adultas, principalmente las que tienen a cargo el cuido y la crianza de personas menores de edad. Como meta, se espera que al menos 50 madres, padres o personas cuidadoras finalicen la primera edición de un conjunto de talleres presenciales que abordarán temas como: sanidad interior, aprender a escuchar y decir, aprender a acompañar, aprender a sentir, aprender a actuar y fortalecimiento del vínculo.