Una adecuada alimentación crea mecanismos de protección y anticuerpos contra virus y bacterias que se presentan con frecuencia en la época escolar.
Por Revista MJ
Una nutrición balanceada contribuye al fortalecimiento del sistema inmune en la población infantil, la cual se ve expuesta a las enfermedades que se propagan con mayor facilitad tras compartir espacios y materiales escolares.
Francisco Herrera Morales, nutricionista de Dos Pinos, explicó que la alimentación juega un papel fundamental en la prevención de infecciones que se contagian rápidamente durante la época escolar como es el caso de las gastroenteritis que causan vómitos y diarreas, las alergias y los resfriados o la gripe.
“Un sistema inmunológico bien equilibrado en los niños reduce el riesgo de contraer alergias y ser susceptibles a infecciones. Además, los protege contra enfermedades autoinmunes. Su acción se basa en la protección del cuerpo de patógenos externos, como las bacterias o los virus”, destacó el especialista.
Asimismo resaltó que para contar con un sistema inmune fuerte, es necesario disfrutar de un buen descanso, realizar actividad física moderada y contar con una alimentación equilibrada, rica en vitaminas, minerales, pre y probióticos.
Los alimentos que pueden fortalecer el sistema inmunológico son aquellos que contienen cantidades importantes de vitaminas A, C, D, B6, B12, ácido fólico, hierro, selenio, zinc, pre y probióticos.
Alimentos fuente de:
Vitamina A: Lácteos, vegetales de hojas verdes, anaranjados y amarillo (espinacas, papas, zanahoria, brócoli, ayote, mango, melón).
Vitamina C: Naranja, limón dulce, limón ácido, piña, fresas, chile dulce, kiwi, tomate.
Vitamina B6: Atún, salmón, banano, carne de res y cerdo, nueces, pollo, granos enteros y cereales fortificados, garbanzos.
Vitamina B12: Pescado, carne de res, pollo, pavo, huevo, leche y derivados.
Ácido fólico: Frijoles, lentejas, espinaca, brócoli, espárragos.
Hierro: Carne de res, pollo, frutas deshidratadas, yema de huevo.
Selenio: Pescado, mariscos, carnes, granos, huevo, pollo, hígado.
Zinc: Carnes, frutos secos, cereales integrales.
Prebióticos: Granos integrales, banano, vegetales de hojas verde, cebolla, ajo,
Probióticos: Yogur, kéfir, alimentos fermentados (chucrut, kombucha, kimchi).
De igual forma, el nutricionista indicó que el desarrollo del sistema inmunológico durante la primera etapa de vida es una base importante para el futuro saludable del niño.
El mantenimiento permanente de piel y mucosas y el funcionamiento del sistema inmune consumen mucha energía, nutrientes, minerales y vitaminas del cuerpo, por este motivo la buena nutrición tiene un impacto profundo en la prevención de infecciones.