Obesidad: un desafío que afecta la salud de los costarricenses

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En Costa Rica más del 60% de la población sufre de obesidad. Un elevado porcentaje corresponde a niños en edad escolar.

Por Revista Summa

La obesidad es un desafío global por ser un factor de riesgo Covid-19. En Costa Rica es la tercera comorbilidad de los casos confirmados, pues no se trata de un tema de apariencia física sino de todo un complejo mundo de afectaciones a la salud que va desde diábetes, hasta enfermedades cardiovasculares.

Con la llegada de la pandemia, los niveles de obesidad se vieron incrementados, principalmente producto del sedentarismo, en especial en los más pequeños quienes al no tener el contacto físico con otros en las escuelas, espacios para el esparcimiento, encuentros deportivos, etc., se vieron forzados a buscar otras fuentes de entretenimiento como los videojuegos, lo que se tradujo en una menor movilidad y por ende un aumento de peso.

Aunado a esto, las rutinas de alimentación marcan un hito importante, puesto que si sumamos a ese sedenterismo una mala nutrición, damos paso a la fórmula perfecta para la obesidad.

Para la Dra. Adriana Alvarado, nutricionista de Salud 360, los errores más comunes en la dieta diaria de los costarricenses son “la grasa, el azúcar, mucha comida procesada y, además, alta en carbohidratos; hay mucha fritura, lo que está afectando principalmente la salud de los ticos”.

Y es que no se trata de un tema de belleza física, sino más bien de salud que nos está dando indicios de que se trata de la segunda pandemia que estamos viviendo; niños, jóvenes y adultos con sobrepeso que no han tomado en serio esta condición y que cada día no sólo da paso a nuevas elevadas cifras de peso, sino además, a enfermedades que bien podrían evitarse siguiendo un régimen de alimentación saludable.

Ante este panorama, el Dr. Jorge Vargas, gastroenterólogo de Salud 360, señala que “cerca del 60% de la población adulta en Costa Rica tiene algún grado de sobrepeso u obesidad, lo más preocupante es que hasta el 33% de los niños en edad escolar están padeciéndolo. Esto nos tiene que llamar la atención porque las consecuencias a futuro pueden ser complicaciones como la diabetes, hipertensión, infartos, derrames y pueden tener un impacto grave en lo que es el gasto de salud del país a corto-mediano plazo” acotó.

La obesidad ha sido catalogada como una enfermedad crónica y heterogénea, por lo que no puede atribuirse sólo a la comida, sino también a otros agentes como estrés, situaciones hormonales, trastornos de sueño, tabaquismo, dietas extremas sin la orientación debida por parte de un profesional de la salud, desorden en los tiempos de alimentación, genética, ingesta de ciertos medicamentos y otra serie de factores que pueden ser determinados en una consulta con un especialista quien se encargará de diagnosticar la mejor solución.

Los expertos señalan que parte de esa solución es cumplir con una serie de hábitos que nos permitirían tener una mejor calidad de vida, entre los que Alvarado destaca:

 Incrementar el consumo de verduras y vegetales
 Ingerir suficiente agua
 No saltar las comidas
 Caminar al menos 60 minutos al día
 Si pasa mucho tiempo sentado en labores de oficina, tome un descanso de 10 minutos cada 2 hora y aproveche de comer una fruta o snack saludable, esto evitará la ansiedad.

La obesidad se ha convertido en un tema controversial para los especialistas, muy particularmente en el área de la cardiología, ya que muchas enfermedades del corazón están directamente relacionadas con el peso, tal es el caso de la enfermedad arterial coronaria, principal causa de infartos y muerte súbita.

El Dr. Carlos Brenes, cardiólogo de Salud 360 señala que esta enfermedad coronaria consiste en la formación de placas de ateroma, es decir, “ placas de colesterol, calcio, que se adhieren a la pared interna a partir de una inflamación de las coronarias, siendo éstas las arterias que transportan el oxígeno y nutrientes al músculo cardíaco, generando obstrucciones que pueden llegar a romperse, lo que daría paso a infartos”, concluyó.

La obesidad incrementa el consumo de oxígeno del corazón ya que existe un mayor volúmen de distribución, por ende el órgano se ve obligado a realizar un mayor esfuerzo, de allí la importancia de mantener una rutina de ejercicios, una sana y balanceada alimentación y la consulta de un médico especialista ante cualquier duda.

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