Por lo general, las personas permiten una relación tóxica por diversas razones.
Por Revista MJ
La pandemia ha provocado efectos en las parejas al verse obligadas de golpe a una convivencia prolongada, la cual aflora las relaciones tóxicas e incluso llevándolas a extremos inimaginables.
Especialistas de SERVISALUD conscientes de la situación hacen un llamado a las personas con experiencias disfuncionales también conocidas como relaciones tóxicas para que hagan un alto en el camino en busca de su propia salud mental.
Las relaciones de pareja disfuncionales son aquellas que marchan mal. En otras palabras, cuando el conflicto, el desamor y la desarmonía son una constante o se suceden con frecuencia, señala Leyset Rosada, sexóloga de SERVISALUD.
“Las relaciones de pareja disfuncionales se han convertido en algo cotidiano y, hasta en cierta medida, aceptado y tolerado por sus protagonistas, familiares y cercanos, a pesar del dolor, sufrimiento y desarmonía que producen”, afirma Rosada.
Importante mencionar que una relación tóxica se establece entre dos tipos de personas: la manipuladora y la que es susceptible a la culpabilidad, es sensible y vulnerable.
Manuel Guzmán, psicólogo de SERVISALUD, señala que las relaciones tóxicas pueden vivirlas no solo las parejas sino también los amigos, entre compañeros de trabajo e incluso con familiares.
Los signos que deben alertar de que se está en una relación de este tipo con frecuencia son indirectos y subjetivos, lo que le dificulta a la víctima percibirlos y peor aún alejarse.
Guzmán recomienda prestar atención si la persona se siente juzgada, desvalorizada, descalificada, manipulada, no querida, acosada o maltratada.
¿Por qué se permite el abuso?
Por lo general, las personas permiten una relación tóxica por diversas razones, entre ellas baja autoestima, miedo a la soledad e inseguridad, creen que son la solución a los problemas del otro y por temor a lo que esté por venir.
Tanto Leyset como Guzmán afirman que es posible hacer un alto en el camino, y empezar una vida nueva, aunque el proceso puede ser lento.
El primer paso, es darse cuenta del problema y para ello los especialistas sugieren que la gente se cuestione, por ejemplo, ¿realmente merezco estar en esa relación?, ¿quiero vivir de verdad así? y ¿cómo puedo retomar las riendas de mi vida?
Lo más importante, es desprenderse del sentimiento de culpa y para ello la asistencia de un profesional en este proceso es esencial, pues cuenta con las herramientas para ayudar a salir de una relación que se ha vuelto dañina, afirma la sexóloga Rosada.