Antes de decir: “¡Sí, acepto!”

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No podemos casarnos con la motivación de que el matrimonio nos haga felices.

Por Sixto Porras / Enfoque a la Familia 

El compromiso hacia el matrimonio no es algo que se toma a la ligera. Esta decisión marcará su vida para siempre. ¿Cómo saber si realmente usted y su pareja están listos para dar este paso tan importante? A continuación, comparto algunas cosas esenciales que debe tener en mente, antes de decir: “¡Sí, acepto!”.

  1. Un profundo conocimiento personal.

La capacidad que tenemos de relacionarnos con los demás está determinada con la habilidad que hemos desarrollado de relacionarnos saludablemente con nuestro propio ser. La mejor forma de prepararnos para el matrimonio es teniendo un claro panorama de quiénes somos, principalmente para trabajar en nuestros propios retos personales.

  • Buenos y saludables motivos para casarse

No podemos casarnos con la motivación de que el matrimonio nos haga felices. La felicidad es una conquista personal. Tampoco es la manera de llenar vacíos emocionales, ni una forma para huir de la casa de los padres, o de los conflictos no resueltos.

Es importante comprender qué es lo que estamos buscando al casarnos. Nuestro cónyuge es alguien que no nos puede completar, pues lograr estabilidad emocional es nuestra propia responsabilidad.  

  • Un profundo conocimiento de su pareja

El matrimonio no es una relación que se fundamenta en la promesa de cambio: “Cuando nos casemos cambiaré este carácter o estas costumbres”. Las personas no cambian cuando se casan. Por eso, es indispensable conocer realmente con quién nos estamos casando.

Hágase las siguientes preguntas: ¿Me gustaría construir una familia con él o ella?, ¿me veo a su lado el resto de mis días?, ¿ambos hemos alcanzado la madurez necesaria para iniciar una relación matrimonial? 

  • Saber cuándo dar marcha atrás

Es mejor ser firme en este momento que tener que lamentarlo el resto de la vida.  Si tienen diferencias irreconciliables no se casen. Si el concepto de familia es diametralmente opuesto, no se casen. Si la otra persona tiene una adicción o tiene problemas serios de personalidad, no se case.

  • Un compromiso real y serio

El matrimonio es un proyecto de largo plazo. No podemos llegar ahí con la idea de que será algo temporal, que a la primera ocasión huiremos. El matrimonio es un compromiso con nosotros y con el otro.  

  • La compañía de quienes nos aman

Es importante escuchar el consejo de quienes nos aman. Pregúntese: “¿Mi familia y mis mejores amigos creen que es una buena decisión casarnos en este momento?”. Es bueno enriquecer nuestro criterio con el consejo de quienes nos aman.

  • Adecuada consejería prematrimonial

Recibir el consejo de alguien que nos guíe es fundamental, porque nos ayuda a analizar y a tener un razonamiento claro ante las interrogantes importantes como: ¿qué significa casarse?, ¿qué debo superar antes de casarme?, ¿qué debo observar en mi pareja antes del matrimonio?, ¿cómo construir nuestro nuevo proyecto de vida juntos?

Enfoque a la Familia ha preparado un curso prematrimonial diseñado especialmente para parejas comprometidas que deseen casarse.  Para más información: www.enfoquealafamilia.com/prematrimonial

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