Octavo Festival Nacional de Yoga recauda fondos para proyectos sociales en Costa Rica

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Octavo Festival Nacional de Yoga recauda fondos para proyectos sociales en Costa Rica

Este 30 y 31 de julio se celebrarán en Casa Libanesa dos días llenos de diferentes clases de yoga para todos los niveles

Por Mamá Joven

Año a año la Asociación Costarricense de Profesores de Yoga trabaja con mucho empeño para realizar el mayor festival de yoga del país. Este esfuerzo tiene una motivación muy significativa y fundante para la Asociación: llevar el yoga a diferentes lugares y poblaciones que no tienen acceso a la práctica, sin distinción de edad, género o condición social, económica, psicológica o emocional.

Este año se realiza la octava edición del Festival Nacional de Yoga, siempre con la idea de promocionar la salud y el bienestar físico, emocional y espiritual, y social. Por ello este 30 y 31 de julio se celebrarán en Casa Libanesa dos días llenos de diferentes clases de yoga para todos los niveles, conciertos, presentaciones artísticas, feria y actividades pensadas para el disfrute de la práctica.

Y además es una fiesta que permite recaudar fondos para los proyectos sociales que Asoyoga promociona, con el objetivo de llevar el yoga a aquellos que no tienen acceso. Actualmente están en desarrollo 3 proyectos: Clases de yoga en Centro de Rehabilitación de Alajuela, en el Hospital Nacional Psiquiátrico y en el Centro de Formación Juvenil Zurquí.

Participando del 8vo. Festival Nacional de Yoga, Usted puede conocer sobre esta práctica, compartir y disfrutar en comunidad, sabiendo que además está colaborando con estos importantes proyectos de bien social.

  • Yoga en Centro de Rehabilitación de Alajuela

Al proyecto “Restaurando el Ser” que se imparte en el Centro de Rehabilitación Rostro de Jesús en Alajuela, asisten hasta 22 internados entre los 18 y 60 años, con diferentes historias de vida y de adicciones, de diferentes zonas del país, educación y preparación. Juan Martínez es el encargado de impartir estas clases desde el 2015, a las que los participantes asisten por decisión voluntaria. Ya con los cambios tan positivos que empezaron a mostrar, la clase ahora forma parte de sus actividades semanales.

“A la fecha son notables los cambios en este grupo de personas, más que en su cuerpo físico en su actitud y en su comportamiento. Han desarrollado mayor conciencia de trabajo en equipo, empatía, tolerancia y compañerismo. Siempre he dicho, soy el más dichoso al dar clases, porque tengo un grupo de personas enseñándome cosas nuevas”, cuenta Juan.

Y agrega, “las asanas permiten que ellos tomen conciencia de la situación en la que está su cuerpo, la flexibilidad y fuerza que tienen; a través de ese autoconocimiento encuentran un nuevo espacio para explorar. Es darles toda una nueva dimensión para vivir y para experimentar a pesar de las limitaciones que enfrentan y ayudarles a reconciliarse con la vida y consigo mismos”.

Este proyecto se lleva a cabo también gracias a Patricia Velásquez Prada, Silvia Yong y Maxi Chaves.

  • Yoga en Hospital Nacional Psiquiátrico

Rahel Pacheco es la profesora encargada de realizar las clases de yoga en el Hospital Nacional Psiquiátrico. El proyecto se inició en marzo del 2015 y está dirigido a pacientes de consulta externa, trabajando con problemas de ansiedad, depresión o dolor crónico.

Las clases se realizan en compañía de la propia psicóloga del grupo, Rahel explica: “Yo también soy psicóloga, entonces hacemos una combinación con yoga terapéutico, para que tenga un efecto terapéutico a nivel psicológico. “

Es la primera vez que se realizan en el hospital estas clases y se han visto muchos y buenos efectos en las pacientes que asisten, hay disminución del dolor, del consumo de medicamentos y analgésicos, “hay quienes tenían que consumir morfina y ahora ya no la necesitan. En las mujeres con depresión ha ayudado en su autoestima, autovaloración, confianza, seguridad, eran mujeres muy tímidas y el yoga les ayudó en su comunicación y desenvolvimiento, en la reducción de ataques de pánico y ansiedad. Todo esto desde el manejo de la respiración y las emociones”.

A mí me da satisfacción porque el yoga se ha vuelto muy elitista, y esto es parte para hacerlo de verdad para todos, es parte del servicio que podemos aportar como profesores de yoga”, finaliza Pacheco.

  • Yoga en el Centro de Formación Juvenil Zurquí

Este proyecto nació en el 2014, y hoy los profesores son Bruno Schosinsky y Ana Paula Rivera, con la ayuda de AsoYoga, Yoga Mandir, Escuela de Yoga y Masaje Tailandés. Al inicio participaron jóvenes menores de edad que se autolesionaban, pero luego se comenzó a trabajar con jóvenes mayores de edad con problemas de drogas.

Bruno nos cuenta que han recibido críticas muy positivas y que los jóvenes preguntan y quieren tener más clases: “Al principio no querían participar, pero a partir de cierto momento están siempre esperando el día para practicar, se los logró involucrar y más bien ahora hay que cortar la clase porque quieren seguir”.

Con este proyecto y las clases de yoga, según las mismas orientadoras del Centro, se han desarrollado herramientas para ayudar a estos jóvenes a disminuir principalmente sus niveles de violencia y de ansiedad, ayudando a no autoinfligirse y hacerse daño.


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