10 mejores alimentos para los bebés

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Una alimentación sana y equilibrada es fundamental durante todas las etapas de la vida; pero sobre todo durante la época de crecimiento, ya que los niños necesitan el aporte necesario de proteínas, hidratos de carbono y grasas para un correcto desarrollo. Existen muchos alimentos sanos ideales para los bebés. No obstante, algunos destacan porque están cargados de nutrientes esenciales, resultan baratos y son fáciles de preparar. Cuando el bebé empieza a ingerir sólidos, es bueno ofrecerle sabores nuevos y variados.

La nutricionista María Fernanda Argueta destaca los siguientes diez alimentos nutritivos que no pueden faltar en esta etapa:

LECHE MATERNA:

La lactancia natural exclusiva durante seis meses, seguida de una alimentación complementaria apropiada, contribuye a un desarrollo físico y mental óptimos. La leche materna constituye el alimento fundamental durante el primer año de vida, ya que es la más apta para satisfacer las necesidades nutricionales e inmunológicas a esa edad. Además, tiene importantes efectos positivos en la relación afectiva que se desarrolla entre la madre y el hijo.

CAMOTE:

Sin duda es el amigo de todos los niños; es rico, de fácil digestión y nutritivo. Los camotes (boniatos o batata) están cargados de vitaminas del complejo B (B6), C y E, y además contienen calcio, manganeso, cobre, potasio y hierro. Son ricos en betacarotenos y antioxidantes, así como también en hidratos de carbono complejos y fibra, que ayuda a la buena digestión y previene los bajones bruscos de azúcar.

AGUACATE:

Es una buena fuente de grasas insaturadas. De hecho, la composición de la grasa que contiene es en cierto modo semejante a la de la leche materna. Esta grasa es beneficiosa y los bebés la necesitan para el desarrollo de su cerebro. También es una gran fuente de fibra soluble que ayuda a estabilizar el azúcar en la sangre. Además, está repleto de vitamina E, un antioxidante que protege las células de los radicales libres. Es rico en  proteínas, niacina, tiamina, riboflavina, ácido fólico y zinc, nutrientes que no podrá encontrar en otras frutas.

BRÓCOLI:

Posee vitamina C, hierro, calcio, folato, fibra y proteína, que ayudan al adecuado crecimiento, previenen la anemia y el estreñimiento. Tienen propiedades que ayudan a estimular por completo el sistema inmunológico, lo que le permite resistir más los ataques de enfermedades como la tos y la gripe. Además, los componentes de azufre que contiene el brócoli le dan un sabor singular que ayuda al bebé a ampliar su paladar.

YOGURT:

Permite el desarrollo de la flora bacteriana, logrando una mejor asimilación de los nutrientes que aportan los alimentos, ayudando también a combatir las bacterias perjudiciales en el intestino y fortaleciendo el sistema inmunológico. Es rico en ácido láctico, el cual se encarga de estimular la acción de las enzimas digestivas, colaborando en una mejor absorción de los minerales y una mejor asimilación de las vitaminas; por lo tanto, ayuda a regular el funcionamiento del sistema digestivo del niño.

LENTEJAS Y OTRA LEGUMINOSAS:

Los garbanzos y frijoles son ricos en proteína, vitaminas del complejo B y fibra, lo que los hace muy nutritivos y adecuados para el correcto crecimiento. Mejoran la salud digestiva y cardiovascular por ser bajos en grasa. Contienen mucho hierro, lo que ayuda a prevenir anemias y son fundamentales para el desarrollo cognitivo y motor del bebé. Una buena idea es cocinarlos hasta que se vuelvan puré y combinarlos con vegetales.

AVENA Y GRANOS ENTEROS:

La avena es uno de los cereales más completos y saludables; aporta energía, vitaminas B5, B6 y E, además de minerales como hierro, selenio, manganeso y cobre. Es rica en calcio, tiene un gran aporte de antioxidantes y esto hace que fortalezca el sistema inmunológico. Podrían también incluirse otros cereales de grano entero que aportan vitamina B, magnesio, potasio, fibra y antioxidantes; estos se descomponen en glucosa, una de las fuentes principales de energía que el infante necesita día a día. Por el contrario, debe evitarse el pan blanco y/o de trigo refinado, pues estos hacen “rebotar” el nivel de azúcar en la sangre, lo que trae como consecuencia fluctuaciones en la energía y favorecen al aumento de peso.

CARNES (RES/POLLO):

Es el tercer grupo de alimentos (junto a las leguminosas) que se incorpora después de las frutas, las verduras y los cereales, y son el primer alimento de origen animal que prueba el bebé, por lo que hay que ir con calma y observar cómo es tolerado. Dentro del grupo de las carnes encontramos propiedades nutricionales importantes como que son alimentos ricos en proteína, lo cual ayuda al correcto desarrollo y crecimiento de los tejidos. También son ricas en grasa, principalmente colesterol; por lo tanto, se deben consumir lo más magras posibles. Todos estos nutrientes son indispensables para evitar anemias, fortalecer tejidos y el sistema inmunitario, intervenir en la formación de los glóbulos rojos y el transporte de oxígeno y fósforo, que juega un papel importante en la formación de huesos y dientes.

ESPINACA Y OTRAS HOJAS VERDES:

Los vegetales de hojas verde oscuro tienen alto contenido de hierro y folato. Aunque las espinacas son tal vez las más populares de este grupo, existen muchas otras variedades, incluyendo diferentes tipos de coles y acelgas. Las espinacas son una excelente fuente de hierro, calcio y ácido fólico, además de vitaminas A, C y E, por lo que benefician el crecimiento de los huesos y el desarrollo del cerebro. La espinaca es un excelente recurso natural de vitaminas, fibras y minerales que, en comparación con las carnes, aporta pocas calorías y no contiene grasas.

ARÁNDANO (Y OTRAS FRUTAS CÍTRICAS):

Los arándanos (también conocidos como mora azul) están llenos de vitaminas, minerales y antioxidantes, que son sustancias que reducen la producción de químicos en el cuerpo que pueden dañar las células y protegen el cuerpo contra la inflamación. El color azul profundo de estas frutas silvestres viene del tipo de flavonoides que contienen, llamados antocianinas, muy buenas para los ojos, el cerebro y hasta el tracto urinario del bebé. Otras frutas que se pueden incorporar (después de año) son las mandarinas y naranjas, ricas en vitamina C y antioxidantes, un excelente alimento que el niño puede comer con los deditos y le encanta su sabor.

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